Un grupo de murcianos hace una broma sobre Catalunya y desata un conflicto entre comunidades: "Que se ocupen de sus problemas"

Denuncian que se trata una falta de respeto "catalanófoba y machista"

Un grupo de murcianos hace una broma sobre Catalunya y desata un conflicto entre comunidades Que se ocupen de sus problemas

Un grupo de murcianos hace una broma sobre Catalunya y desata un conflicto entre comunidades Que se ocupen de sus problemas

Abril Escalante

Abril Escalante

Una de las mayores riquezas de España es su diversidad cultural, una característica que, a pesar de las diferencias regionales, enriquece a todo el país. Sin embargo en ocasiones esta variedad se convierte en fuente de conflicto, generando roces y malentendidos que pueden desbordar los límites de la cordialidad.

En cualquier parte del mundo existen rivalidades entre distintas localidades, municipios o ciudades; desde bromas entre vecinos hasta enfrentamientos a nivel institucional, las diferencias forman parte de la idiosincrasia de muchos lugares. Esto no tiene nada de malo siempre y cuando no cruce la línea hacia faltas de respeto que puedan ofender verdaderamente a las personas afectadas.

Los carnavales, en este contexto, son uno de los escenarios más comunes para exponer esas diferencias y rivalidades: durante las celebraciones las comparsas suelen reflejar temas políticos, sociales o de actualidad, abordados siempre desde el humor, el sarcasmo y la sátira. Pero a veces las bromas no son bien recibidas, y la línea entre la diversión y la ofensa se difumina tal y como ha ocurrido en el Carnaval de Totana, en la Región de Murcia, que se ha convertido en el epicentro de un conflicto entre comunidades a raíz de una comparsa que ha desatado una ola de indignación.

Polémica en Catalunya por esta comparsa en un carnaval de Murcia

La polémica ha surgido cuando un grupo de personas, que formaban parte de la 'Peña Chapas', decidió disfrazarse de agentes de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, y simular una persecución a un hombre vestido como el líder de Junts Carles Puigdemont.

Durante el desfile los participantes (que llevaban trajes de agentes femeninas con minifaldas y pelucas rubias) intentaban "atrapar" a un hombre caracterizado como Puigdemont, quien portaba una senyera e intentaba huir de ellos. La escena culminaba con la detención simbólica del imitador de Puigdemont, quien terminaba encerrado en una jaula.

La elección de esta temática, que hacía referencia a la figura de Puigdemont y a la famosa "no detención" del líder independentista durante su regreso a Catalunya, no ha pasado desapercibida para los ciudanos y los medios catalanes.

Las críticas se centraron en dos puntos principales: la catalanofobia y el machismo. La representación de los Mossos d'Esquadra, caracterizados como agentes sexualizadas, con trajes cortos y exagerados, fue acusada de ridiculizar tanto a las mujeres como a los miembros del cuerpo policial.

Además, muchos ciudadanos de Catalunya consideraron la parodia de Puigdemont como una burla que excedía los límites del humor, interpretando que se había utilizado su figura para avivar tensiones políticas y hacer mofa de una situación que sigue siendo sensible en el ámbito catalán.

La indignación en las redes sociales ha sido notable ya que muchos usuarios de Catalunya expresaron su desacuerdo con la comparsa, calificándola de irrespetuosa y ofensiva, dejando comentarios como "que se ocupen de sus problemas, que seguro que en Murcia tienen los suyos".

Algunos como el exdiputado del Parlament Antonio Baños, plantearon un ejercicio hipotético para ilustrar cómo la situación podría haber sido vista desde otra perspectiva, sugiriendo que si se hubiera tratado de otros colectivos o figuras, la respuesta del Ministerio de Igualdad habría sido más contundente.

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