El secreto mejor guardado de Bárbara Rey: una joya medieval escondida en un pueblo a 50 km de Murcia

La vedette es el primer fichaje del programa 'Bailando con las estrellas'

Santuario Sta. Eulalia

Santuario Sta. Eulalia / Turismo Totana

Marco Gil

Marco Gil

Bárbara Rey vuelve a la televisión por la puerta grande: la vedette, actriz y presentadora murciana acaba de confirmarse como el primer fichaje de la nueva edición de 'Bailando con las estrellas', marcando así su regreso a la cadena tras una de las etapas más complicadas de su vida.

Como a estas alturas toda España sabe, su trayectoria ha estado llena de luces y sombras, pero su carisma inquebrantable sigue conquistando a la audiencia año tras año. Sin embargo, aunque su rostro es ampliamente reconocido en toda la geografía española, muy pocos saben de dónde viene realmente y los secretos que esconde su tierra natal.

El secreto mejor guardado de Bárbara Rey

Bárbara Rey nació y creció en Totana: un pueblo situado a unos 50 kilómetros de Murcia. A pesar de ser un lugar relativamente desconocido para muchos, Totana encierra un rico patrimonio histórico, cultural y natural que merece ser descubierto.

Esta localidad del sureste peninsular cuenta con un casco histórico donde todavía se conservan viviendas señoriales de los siglos XVIII y XIX, además de monumentos de gran valor arquitectónico como el Templo Parroquial de Santiago o la Fuente de Juan de Uzeta.

Pero no obstante, si hay un rincón que realmente brilla con luz propia, ese es el Santuario de Santa Eulalia de Mérida; ubicado en el enclave natural del Parque Regional de Sierra Espuña, este santuario medieval es una de las joyas patrimoniales más impresionantes de la Región de Murcia.

El origen de esta joya escondida se remonta a la época medieval, cuando los caballeros de la Orden de Santiago llevaron hasta Totana la devoción por Santa Eulalia. A lo largo de los siglos, el recinto ha sido testigo de diversas reformas y ampliaciones, culminando en un conjunto arquitectónico donde confluyen arte, historia y espiritualidad.

En su interior, la ermita está decorada con un impresionante conjunto pictórico realizado entre 1601 y 1624 por el pintor Juan Ibáñez. Las pinturas, de gran valor artístico, cubren la totalidad de sus muros con escenas religiosas y motivos ornamentales.

El entorno del santuario también añade un encanto especial a la experiencia de visitarlo ya que está rodeado de huertos de almendros, naranjos y limoneros, el camino adoquinado que conduce hasta el recinto ofrece un paseo lleno de serenidad.

Una vez allí los visitantes pueden recorrer el atrio empedrado, disfrutar del sonido del agua de sus fuentes y descubrir las antiguas viviendas de los ermitaños que cuidaban del lugar, hoy reconvertidas en museo, oficina de información y alojamientos rurales.

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