Si fuera Egipto estaría lleno de turistas, pero como es Murcia no lo conoce nadie: injusticia a 70 kilómetros de la capital

Para muchos países de todo el mundo, el turismo representa una las principales fuentes de ingresos. En lugares como puede ser Egipto (con su herencia faraónica y sus deslumbrantes monumentos históricos) este sector es un motor fundamental de la economía. España por su parte (con su combinación de historia, paisajes, clima, seguridad, cultura y gastronomía) también se ha posicionado como uno de los destinos turísticos más importantes a nivel mundial.

Sin embargo, en los últimos tiempos ha crecido la visibilidad de las problemáticas asociadas al "lado oscuro" del turismo como se ha visto en la presión sobre el precio de la vivienda y servicios básicos que afectan tanto a locales como a visitantes.

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Según se ha revisado recientemente, el turismo masivo genera un fuerte impacto en ciudades que son epicentros de atracción, encareciendo el costo de vida y saturando infraestructuras como Barcelona o Madrid.

Estas situaciones, de estirarse mucho, también alimenta la desigualdad en la percepción y el valor de ciertos destinos: un lugar o una ruina arqueológica en un sitio como El Cairo puede convertirse en un imán turístico mientras que hay enclaves similares en otros puntos del mundo (como algunas zonas rurales de España) que no reciben ni una fracción de la atención.

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Un caso fascinante de esta “injusticia turística” se encuentra en Mazarrón, en la Región de Murcia: un municipio que posee unas minas antiguas con un aire que recuerda a los escenarios de películas postapocalípticas o del Lejano Oriente.

La zona minera de Mazarrón tiene un curioso paisaje que visto a través de óptica puede parecer incluso extraterrestre, con tierras de colores intensos y aguas rojizas, que evocan un ambiente árido y místico.

Estas minas están situadas en el llamado "Bajo Guadalentín" (a unos 70 kilómetros de la ciudad de Murcia) que están prácticamente desconocidas para el turismo masivo, a pesar de su potencial para atraer a amantes de la historia, la naturaleza y la aventura.

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El paraje minero de Mazarrón está conformado por ruinas de castilletes, chimeneas y vestigios de la extracción de metales que se remontan a la época romana, cuando la región era un centro minero de importancia.

A día de hoy estos restos abandonados se pueden convertir un escenario perfecto tanto para los visitantes curiosos como para los fotógrafos que van buscando un fondo original y podrían rivalizar con algunos de los destinos más conocidos de Egipto.

Además, las minas de Mazarrón presentan objetivamente grandes paralelismos históricos y estéticos con ciertos lugares de Oriente Medio, por sus tonos rojizos y su aspecto desértico.

Como en Egipto, los contrastes de Murcia destacan: la región cuenta con fértiles huertas que parecen una extensión del Delta del Nilo y tiene ciertas tradiciones y vestimentas que recuerdan a las de los pueblos egipcios.

En Mazarrón, además de las minas, el visitante puede disfrutar de playas paradisiacas y de parajes de dunas y formaciones rocosas como las Gredas de Bolnuevo, que parecen esculpidas por la mano de un gigante.