La lucha constante de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) contra las pseudociencias meteorológicas está siendo una tarea tan ardua como ingrata. Frente a sus llamadas a no hacer caso de métodos como las cabañuelas o las témporas, cada vez son más los usuarios que pican en los contenidos que se basan en estos métodos no científicos para predecir el tiempo.

Hace escasos meses, este organismo oficial se vio obligado a ponerse de frente contra algunos de estos sistemas tradicionales que, sistemáticamente, emergen como opciones para conocer el pronóstico del tiempo. Aunque todo invitaría a pensar que conforme avanza la ciencia y pasan los años cada vez deberían ser menos las personas que creyeran en este tipo de elucubraciones, lo cierto es que la cifra parece no parar de aumentar.

El motivo que ha llevado a la AEMET a intervenir frente a las teorías pseudocientíficas que utilizan aspirantes a meteorólogos como Jorge Rey es el peligroso anuncio de que la sequía va a terminar. Así, a través de un tuit en su cuenta oficial, la AEMET se vio en la obligación de hacer frente a las afirmaciones que anticipaban el fin de la sequía en unos pocos días".

La declaración de la AEMET, en alusión directa a perfiles como el del joven cabañuelo, explicaba que "es importante señalar que, en el corto plazo, no contemplamos tal escenario".

En su serie de mensajes en Twitter, la Aemet enfatizó la complejidad de las predicciones a medio y largo plazo, señalando que están influenciadas por numerosas variables. Para concluir, la Aemet hizo un llamado a los medios de comunicación para que eviten "difundir pronósticos meteorológicos basados en pseudociencias, especialmente en cuestiones tan cruciales y preocupantes para la sociedad como la sequía".

En este sentido, la AEMET aclara que "las predicciones de AEMET son elaboradas por cualificados especialistas, basándose en informaciones que tienen detrás un gran desarrollo científico y tecnológico y remitía a un completo artículo de Enrique Barrera, 'Desmontando las cabañuelas'. En este escrito, el experto remite al paso de la borrasca Filomena como un disparador de las predicciones pseudocientíficas como el calendario zaragozano, las témporas o las cabañuelas.

A lo largo de la explicación, Barrera desmonta algunos de los argumentos más utilizados para dar cabida a este tipo de predicciones, además de contar su historia y analizar los motivos por los que tienen tanto éxito. Él mismo relaciona a estos métodos pseudocientíficos con los horóscopos por la falta de precisión de ambos a la hora de dar información sobre el tiempo.