Todos los días entran decenas de llamadas en la centralita de la Policía Local de Vigo. Pero esta semana podría haberse producido una de las más surrealistas.

La alerta no dejaba lugar a dudas. Los agentes debían salir corriendo. Al otro lado del teléfono había una mujer muy nerviosa. Su aviso fue todavía más intranquilizador: "¡Tengo un bicho muy grande en la cocina!". La magnitud del mismo -aseguró la vecina a los agentes- le impedía, por miedo, entrar en la habitación.

Acostumbrados a recibir llamadas por serpientes (algunas venenosas), jabalíes, aves y un largo etcétera de animales que abandonan su hábitat natural para meterse en casa de vigueses (sobre todo en el rural), los agentes de la Policía Local no vacilaron en salir corriendo hacia la calle República Argentina, desde donde se produjo la llamada. Eran las 2.30 horas del pasado 9 de junio.

Preparados ya seguramente con jaula y otros utensilios con los que suelen recoger a los animales que se cuelan en viviendas de la ciudad y que luego sueltan en su hábitat natural, la sorpresa de los policías debió ser mayúscula al entrar en la cocina.

Efectivamente, había un bicho. ¿Muy grande? Probablemente dentro de su especie quizás sí, pero nada comparado con una culebra u otros animales a los que están más acostumbrados a retirar. El bicho era un cucaracha.

Ante la sorpresa de los agentes, la mujer les explicó que era muy aprensiva con los animales. Por supuesto, actuaron como de costumbre y libraron a la mujer del "peligro" que suponía la cucaracha.