Por Alana quizá no te suene de nada, pero bajo el sobrenombre de 'La Hija del Jeque', esta mazarronera ha conseguido la friolera de 800.500 seguidores en la red social del momento entre los más jóvenes, TikTok, y más de 230.000 en la más generalista Instagram, a donde intenta dirigir a sus seguidores ya que, según expresa ella misma, (en Instagram) "subo mucho más contenido y estoy mucho mas loca".

Y es que el despajarpajo con el que trabaja ha sido uno de los puntos clave de su éxito, no solo en los vídeos más trabajados que sube a sus redes, sino en general a la hora de relacionarse con sus seguidores, algo que demuestra en su faceta más cercana a través de los directos o los stories. Maquilladora profesional, ha cursado estudios en este sentido y se relaciona con nombres tan importantes en el sector como el de Caterina Hurtado. También ha interactuado a través de las redes con influencers como la también murciana Sita Abellán, King Jedet o Bad Gyal, lo que ha elevado sus cotas de popularidad hasta las actuales.

Las polémicas, en su justa medida, también pueden ayudar a un influencer a crecer en el sector, y eso es algo que Alana sabe muy bien, ya que ella misma ha protagonizado varias, desde sus peleas con Lady Marrdita (otra competidora en el mundillo de ser influencer) al gato tatuado que alguna vez ha enseñado en sus stories y que asegura "es de su amiga" y "se lo encontró así".

A través de sus redes sociales Alana difunde tutoriales de maquillaje, imparte sus propios cursos (algo para lo que tiene la formación pertinente pese a su corta edad), realiza sorteos y triunfa con sus vídeos de humor, con los que a veces aprovecha para difundir mensajes positivos de empoderamiento o aceptación del propio cuerpo o incluso instar al uso de la mascarilla y el cumplimiento de las normas sociosanitarias para prevenir los contagios de coronavirus.

Sin embargo también hay quienes la acusan a través de Internet de comportamientos perniciosos y "que no debería exhibir a sus seguidores sabiendo que son tan jóvenes", como su exhibición de un presunto consumo de drogas a través de sus redes, algo que si llegó a ocurrir no ha dejado rastro en las mismas.