Los hurtos en los supermercados son la pesadilla de estos establecimientos. Y en ocasiones también de la clientela. Que se lo digan a una mujer que, a su salida de un Walmart en Ciudad de México, se desnudó para demostrar al guardia de seguridad que no se llevaba nada sin pagar oculto debajo de su ropa.

La insistente petición del vigilante de seguridad le indignó tanto que, ni corta ni perezosa, se acabó quitando la falda y la blusa. Así, desnuda, atravesó los arcos antirrobo y demostró que, en efecto, no había robado nada.

Llama la atención que al hombre que le acompañaba no se le pidiera mostrar sus pertenencias.