Lo que inicialmente era una clase de buceo, acabó siendo una misión de salvamento de un tiburón nodriza gris en Australia. Un buceador español salvó la vida del escualo.

El español vio cómo de las fauces del animal colgaba una cuerda y tirando de ella, logró extraer los restos de una bolsa de plástico que se había tragado el tiburón.