William Bancroft no tiene brazos, por lo que, a su corta edad, ha aprendido a usar los pies para realizar tareas sencillas, como comer o echarse sirope en las tortitas. Y precisamente esto es lo que William estaba haciendo en una conocida cadena norteamericana especializada en desayunos, IHOP: usar sus pies para echarse sirope en las tortitas. Sin embargo la gerente del mismo recriminó a su madre tal actitud y acabaron marchándose indignados y sin pagar sus bebidas. Otros clientes, expresando su apoyo a la familia, decidieron hacer lo mismo en señal de protesta.

Alexis Bancroft, la madre, decidió subir un vídeo a su cuenta personal de Facebook en el que, muy indignada, se quejaba del trato recibido. Lo que más le dolía, reflexionaba, era que su hijo había sido condicionado negativamente por la experiencia, ya que al día siguiente "intentó forzarse a comer de forma 'normal', algo que obviamente no puede hacer".

Además, insistía, había lavado los pies a su hijo en cuanto entró al restaurante, para asegurarse de que estaban limpios, y se pregunta ante la cámara si el restaurante "también pregunta al resto de clientela si se han lavado las manos antes de agarrar los botes de sirope". El vídeo se ha viralizado con rapidez. Tanto que la cadena ha emitido un comunicado oficial disculpándose públicamente a tal respecto y asegura que ofrecerá una mejor formación a sus empleados sobre cómo afrontar el trato a personas con discapacidad.