Las consecuencias en la salud que una infección por SARS-CoV-2 puede provocar siguen apareciendo tras casi 10 meses de pandemia. Los síntomas persistentes, los problemas circulatorios, ataques cardiacos, patologías neurológicas…

Además de estas, la experiencia clínica va revelando nuevas secuelas, algunas tan aparentemente poco relacionadas con el nuevo virus como el síndrome del túnel carpiano.

Y es que según el estudio observacional realizado por el doctor Juan González del Pino, director del Instituto de la Mano, «pacientes que tenían síndrome del túnel carpiano leve antes del confinamiento, documentado por pruebas de conducción nerviosa, y que no precisaban intervención quirúrgica, desarrollaron síntomas muchísimo más graves de los que antes padecían, llegando a requerir cirugía».

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En general se trata de mujeres de entre 45 y 60 años con pruebas en el mes de febrero y abril con afectación leve o muy leve, y que tuvieron que ser operadas en el mes de septiembre tras la enfermedad.

En condiciones normales, desde que empiezan a apreciarse estos síntomas hasta que hablamos de afectación grave pasan entre 7 y 10 años, pero «tras padecer COVID-19 observamos que este periodo se reduce de manera drástica a sólo 2 o 3 meses» concluye el experto.

Según afirma el cirujano, también se han detectado casos en los que el síndrome del túnel carpiano aparece de forma brusca en pacientes infectados por la Covid-19 que o no padecían la lesión del nervio de la muñeca, o no tenían todavía síntomas.

Qué es el síndrome del túnel carpiano

El síndrome del túnel carpiano debe su nombre a que el nervio afectado por esta patología pasa por el interior de un canal estrecho, situado en la muñeca, denominado túnel carpiano.

Este canal en determinadas circunstancias y por distintas causas ve su diámetro disminuido, lo que altera la circulación del nervio, produciendo dolor intenso, sobre todo por la noche, una disminución de la sensibilidad y, en casos extremos, problemas en la movilidad en la mano.

Normalmente estos síntomas se perciben en los dedos pulgar, índice, medio y parte del dedo anular.

El síndrome del túnel carpiano grave es muy incapacitante, el paciente se despierta varias veces por la noche durante semanas o meses y debe zarandear la mano para poder conciliar el sueño.

Los síntomas más habituales durante el día son la falta de sensibilidad y la pérdida de fuerza, lo que complica la calidad de vida del paciente.

Otras afecciones nerviosas por culpa de la COVID-19

Además del síndrome del túnel carpiano, se está comprobando el aumento de afectaciones en diferentes nervios a causa del coronavirus.

Otro nervio que se ve afectado de forma importante tras la infección por coronavirus es el cubital en el codo. Este nervio es el responsable de la sensibilidad de los dedos anular y meñique, de la destreza y la motricidad fina de los dedos, además de la fuerza de la pinza.

Este tipo de lesión es menos dolorosa que la del túnel carpiano, pero va provocando la parálisis de la mano y se soluciona con cirugía. Una vez intervenido, el dolor remite al primer o segundo día y la mejora de la sensibilidad se produce en pocas semanas.