Se calcula que en España hay unos dos millones y medio de varones que sufren disfunción eréctil o impotencia. Este trastorno consiste en la imposibilidad para alcanzar o mantener el estado de erección el suficiente tiempo como para permitir la realización del acto sexual completo.

Nos hallamos ante un problema que implica un notable impacto emocional para el hombre y su pareja. Así, puede ser causa de depresión, baja estima, ansiedad, disminución de la libido (apetito sexual)… En general, puede dar lugar a un distanciamiento emocional y a una baja satisfacción en las relaciones de pareja.

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Para comprender a fondo esta alteración conviene reseñar algunos detalles básicos:

¿Cómo se produce la erección? El pene está formado por tres cilindros: dos cuerpos cavernosos y un cuerpo esponjoso. Los primeros son los responsables de la erección, ya que tienen en su interior múltiples cavidades que se van llenando de sangre hasta alcanzar la rigidez peneana. Entre tanto, el cuerpo esponjoso es el que contiene a la uretra (conducto por donde sale la orina al exterior).

Mecanismo de la erección. Se inicia con un estímulo psicológico (visual, auditivo, táctil, imaginativo, etcétera), viéndose implicadas varias áreas del cerebro. Éste, a su vez, enviará unas órdenes, vía nerviosa, que provocarán que el músculo que rodea los cuerpos cavernosos se relaje, penetrando la sangre en su interior.

Las causas de la disfunción eréctil pueden ser de origen orgánico y de origen psicológico.

Causas orgánicas

A. Cardiovasculares. Por disminución en el flujo de sangre al pene. Su arteria dorsal y la arteria profunda del pene son de calibre muy reducido, por lo que el tabaquismo, las placas de colesterol, la hipertensión y ciertos fármacos pueden hacer peligrar el aporte sanguíneo a los cuerpos cavernosos.

B. Traumatismos, radioterapia y cirugía a nivel pélvico (cirugía de colon y cirugía por tumor de próstata, fundamentalmente).

C. Endocrinológicas. Disminución de hormonales sexuales (testosterona), elevación de prolactina (hormona sexual femenina, también presente en los hombres) y diabetes mellitus (entre el 30% y 50% de los enfermos diabéticos mal controlados se ven afectados por trastornos de la erección).

D. Metabólicas. Hipercolesterolemia (exceso de colesterol en sangre) e hipertrigliceridemia (elevación de triglicéridos). Igualmente lo puede ocasionar el sobrepeso y la obesidad, junto con lo que hoy se denomina Síndrome X o síndrome metabólico. Asimismo, el abuso del alcohol y otras drogas, a la larga ocasiona trastornos de erección.

E. Neurológicas. Enfermedad de párkinson, demencia senil, esclerosis múltiple, alzhéimer, tromboembolias, lesiones de la columna vertebral, hernias discales, etcétera.

F. Hipertrofia Benigna de Próstata. Últimamente se ha demostrado que próstatas voluminosas, con importante componente hipertrófico y presencia de síntomas miccionales, tanto de tipo obstructivo como irritativo, pueden estar relacionados con una mayor presencia de Disfunción Eréctil.

G. Edad. Lógicamente, a más edad del varón más posibilidades de que la erección no alcance la turgencia de años atrás.

Causas de origen psicológico

Trastornos en la relación de pareja, inhibición sexual, miedo a un embarazo no deseado, miedo a «no estar a la altura de la pareja», miedo al «gatillazo», cansancio, ansiedad, trastornos laborales… Todo ello puede bloquear el mecanismo de la erección impidiendo la turgencia necesaria del pene o facilitando su detumescencia temprana.