Usar dispositivos elecrónicos durante la noche junto con el factor de dormir en una habitación que tenga un nivel de claridad elevado puede influir en que una mujer embarazada tenga un parto prematuro. Es lo que acaban de argumentar investigadores españoles en una publicación internacional en la que vinculan esas alteraciones de los ritmos biológicos que provocan las influencias lumínicas durante el tiempo del sueño con los partos pretérmino. Y, de hecho, entienden que esas alteraciones pueden tener más peso en los nacimientos prematuros del que se daba hasta ahora al índice de masa corporal.

Esa tesis es la que han redactado investigadores de la Universidad de Oviedo. Los resultados, aparecidos en la revista "Journal of Ambient Intelligence and Humanized Computing", revelan que la alteración de los ritmos biológicos provocada por estos factores tiene más peso para desencadenar un parto pretérmino que algunos de los ya clásicos como el índice de masa corporal. Asimismo, el personal investigador ha constatado que trabajar a turnos puede actuar como otro factor desencadenante.

Se considera un parto pretérmino o nacimiento prematuro al que ocurre antes de 37 semanas de gestación, en oposición a la mayoría de los embarazos que duran más de 37 semanas,? contadas desde el primer día de la última menstruación.

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Te puede interesar también este artículo:¿Cómo afecta el coronavirus a las mujeres embarazadas? El estudio ha sido liderado por Elena Díaz Rodríguez, del Área de Fisiología de la Universidad de Oviedo, Susana Irene Díaz Rodríguez, del Área de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial y del Grupo de Investigación UNIMODE, y Catalina Fernández-Plaza, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con la colaboración de Ana Alonso, Celestino González y Inés Abad, de la Universidad de Oviedo. Para la catedrática Elena Díaz Rodríguez, "nuestro modelo señala hábitos que son claramente factores evitables y por tanto puede ser muy útil en la clínica obstétrica".

La investigación ha analizado mediante inteligencia artificial -en concreto, aprendizaje automático- los casos de 380 embarazadas atendidas en el Hospital Universitario Central de Asturias, de las cuales 157 finalmente tuvieron un parto prematuro y 223 a término. La novedad del trabajo estaría en que, además de aspectos clásicos como el índice de masa corporal, la ganancia de peso, la ingestión de alcohol o si la madre es fumadora, se han abordado los hábitos relacionados con el sueño y la exposición a la luz. Eso llevó a que se hayan tenido en cuenta como parámetros de control la hora a la que la madre se despierta cada día de la semana, si utiliza dispositivos electrónicos después de apagar la luz, como teléfonos móviles, tabletas o portátiles, si tiene la luz o el televisor encendido en torno a la medianoche, el número de interrupciones del sueño durante la noche, las horas de sueño en días laborables y festivos, el nivel de luz mientras duerme o si trabaja a turnos.