María Fernández Prada, médico preventivista del Hospital Vital Álvarez Buylla de Mieres (Asturias)

El valor de las vacunas

La ciencia lleva años (¡siglos!) demostrándonos que las vacunas son la herramienta preventiva más importante de la historia de la humanidad. Las vacunas han sido las soluciones parciales o totales de muchas desgracias que han azotado la salud de los seres humanos: la erradicación de la viruela, el control de la polio, la contención de las epidemias de gripe... Existen numerosos ejemplos sobre cómo el papel de las vacunas ha sido clave para la interrupción de la cadena de transmisión de muchas enfermedades infecciosas.

La necesidad de la incorporación de nuevas estrategias

Llevamos 10 meses viendo cómo el coronavirus se extiende por el mundo, arrasa con las poblaciones más vulnerables, destroza familias... Sabemos que el comportamiento del virus no va a cambiar, ni se va a hacer "más bueno" ni se va a "debilitar". La higiene de manos, el uso extendido de la mascarilla y el distanciamiento social son medidas fundamentales, pero no son suficientes. Debemos incorporar las vacunas a esta ecuación si queremos que el resultado sea positivo.

Las vacunas frente al Covid funcionan

Han sido muchas las vacunas candidatas para protegernos frente a coronavirus, pero solamente unas pocas, por el momento, están consiguiendo resultados satisfactorios. Las vacunas aprobadas y que ya se están administrando a grandes poblaciones funcionan, protegen, están demostrando que las personas que se vacunan padecen en menor proporción la COVID-19.

Las vacunas frente a la Covid-19 tienen un buen perfil de seguridad

Muchas personas piensan que el ritmo acelerado de desarrollo de las vacunas frente a la COVID-19 ha podido comprometer su seguridad. Este pensamiento es erróneo. Que podamos tener la solución de esta pandemia al alcance de nuestras manos en poco tiempo es gracias a la priorización del esfuerzo y el trabajo conjunto de los científicos, de las administraciones públicas, de las agencias reguladoras de medicamentos y de los fabricantes de vacunas, sin comprometer de ninguna manera la seguridad vacunal. Cuando todos los implicados trabajan en la misma línea y con la misma intensidad los problemas se resuelven antes.

Las agencias reguladoras de medicamentos trabajando con rigor y responsabilidad

Ninguna agencia reguladora permitiría que los medicamentos o productos sanitarios que se ponen a disposición de la población pudieran provocar más perjuicio que beneficio. Asegurar que se cumplen todas y cada una de las fases del proceso de investigación y desarrollo de los medicamentos, monitorizar los procesos de fabricación, verificar los controles de calidad y vigilar a corto y a largo plazo los posibles efectos adversos de los fármacos, incluidas las vacunas, son algunas de sus funciones.

Vacunarse es un acto solidario

Muchas acciones individuales resuelven problemas globales. Se lo debemos a los nuestros, a los que están, a los que ya no están, a los que han participado en los ensayos clínicos de manera voluntaria y altruista en representación de todos, a los sanitarios que han trabajado por encima de sus capacidades arriesgando sus vidas cada día, a los empresarios que quieren una segunda oportunidad para reactivar su economía.

Vacunarse es un acto de responsabilidad

Nadie nos obligará a vacunarnos, pero sí debemos obligarnos a reflexionar sobre el gran beneficio que supone que todos nos vacunemos dejando a un lado el egoísmo individual y el "que se vacunen otros". Solo venceremos al virus si apostamos por la perspectiva colectivista.

Las vacunas frente a la Covid-19 ayudarán a reducir la «factura sanitaria»

La inversión en vacunas siempre ha sido y será rentable desde el punto de vista de la economía de la salud. Las vacunas contienen el gasto sanitario al evitar que las poblaciones enfermen y, por tanto, consuman recursos. Es fácil de entender. Así pues, la pandemia por la COVID-19 ha exprimido y sigue exprimiendo al sistema sanitario y el gasto que ha supuesto en los últimos meses ha sido igual de necesario que desorbitado. Las demandas de la población en términos de salud han exigido que así lo fuera y las autoridades sanitarias no han dudado en dar cumplida respuesta a esta necesidad. Ahora toca vacunarse para ahorrar en salud.

Las vacunas frente a la Covid-19 evitarán también otras enfermedades.

A nadie se le escapa que la focalización del sistema sanitario en el abordaje de esta pandemia está dejando a un lado la asistencia óptima de otro tipo de enfermedades agudas y crónicas. Controlar los efectos de la COVID-19 ayudará de manera indirecta a abrir de nuevo un espacio para el abordaje de otras patologías que también lo necesitan.

La vacunación de las poblaciones frente a la Covid-19 es la única línea recta que llevará a la ansiada «normaliad»

Estamos cansados y todos deseamos recuperar nuestra vida "de antes". Vacunarnos de forma responsable es el camino más rápido para ello. Anhelamos el abrazo de nuestros mayores, el juego de nuestros niños, la cercanía de nuestros maestros, las reuniones con nuestros amigos, el disfrute de una buena comida, asistir a un acto deportivo, ver un estreno del cine, viajar... En conclusión, anhelamos disfrutar de nuestras sonrisas...

María Fernández Prada es Médico del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Vital Álvarez Buylla de Mieres en Asturias