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Una migraña es un dolor de cabeza recurrente, de intensidad moderada a fuerte, pulsátil, que por lo general afecta a un sólo lado de la cabeza. Es un dolor que aparece de forma espontánea y suele durar entre 4 horas y tres días. Además, empeora con la actividad física y puede ir acompañado de náuseas, vómitos, intolerancia a luz o a los sonidos.

Y a pesar de que las migrañas son la primera causa de discapacidad en menores de 50 años, en muchas ocasiones las personas que las padecen tienden a banalizar sus síntomas, considerándolos un simple dolor de cabeza y optando por automedicarse con terapias analgésicas sin receta.

Hay otros afectados que, a pesar de haber acudido al médico, el fracaso del tratamiento en el control de sus síntomas provoca que lo abandonen y dejen de acudir a las revisiones de seguimiento de la jaqueca.

Todo esto conduce a que anualmente alrededor de un 3% de los pacientes con migraña episódica pasen a padecer una migraña crónica, según afirma la Sociedad Española de Neurología (SEN).

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La migraña es mucho más que un dolor de cabeza

Se trata de una enfermedad neurológica compleja que padecen más de 5 millones de personas en España, por lo que es el trastorno neurológico más prevalente de nuestro país y el sexto a nivel mundial.

Además, alrededor del 80% de los pacientes son mujeres, generalmente en edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, irrumpiendo en el momento de sus vidas más productivo, lo que provoca la pérdida de momentos esenciales a nivel personal, emocional y laboral.

Las causas de las migrañas no están científicamente determinadas, aunque algunos investigadores creen que tienen una causa genética. Lo que sí se sabe es que hay una serie muy variada de condicionantes que provocan este tipo de dolores de cabeza, como el estrés, la ansiedad, algunos tipos de medicamentos, los cambios hormonales femeninos o la falta de sueño.

Actualmente no hay ningún tratamiento que cure las migrañas. Las terapias se centran en la prevención para reducir la frecuencia y/o la intensidad de los dolores de cabeza.

Cuando el paciente tiene un episodio agudo de migraña suele prescribírsele un tratamiento analgésico que alivie o elimine los síntomas. Los fármacos más usados son los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroideos en caso de migrañas leves o moderadas.

Y si los dolores son más agudos el médico indicará el uso de triptanes (fármacos que se emplean en el tratamiento del ataque agudo de migraña pero no son útiles en otro tipo de cefaleas) e incluso fármacos destinados a controlar las náuseas y los vómitos que caracterizan estas crisis.

Otro de los tratamientos de la migraña actúa previniendo la aparición de las jaquecas, para lo que se usan fármacos como betabloqueantes, calcioantagonistas, antidepresivos, antihipertensivos o, incluso, toxina botulínica A.

El uso de estos medicamentos de forma regular, incluso cuando no hay dolor de cabeza, ayuda a detener las crisis de migraña antes de que comiencen.

Los tratamientos preventivos están indicados para aquellos pacientes que sufran más de 3 crisis mensuales y que no responden correctamente a los tratamientos con analgésicos. También son recomendables para aquellos que sufran crisis muy prolongadas que les incapaciten para la realización de su vida cotidiana.

Otros aspectos a tener en cuenta en la prevención de las migrañas son aprender a controlar el estrés, realizando ejercicio físico o con técnicas de relajación, dormir suficientes horas, realizar todas las comidas diarias, vigilar la tensión arterial o reducir el uso de dispositivos electrónicos.

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En España, uno de cada cuatro pacientes nunca ha consultado su dolor de cabeza con un especialista, y en el 75% de las personas con migraña, el retraso diagnóstico es superior a los 2 años.

Además, y según datos de la SEN, alrededor del 50% de los pacientes se automedican con analgésicos sin receta, más de un 40% están aún sin diagnosticar, y al menos un 25% de los pacientes no ha consultado nunca su dolencia con el médico.

Este retraso en el diagnóstico, o la ausencia de él, así como la automedicación, podrían afectar al curso de la enfermedad, convirtiéndola en una dolencia crónica e impactando negativamente en la calidad de vida de quienes la padecen.

Así que las recomendaciones de los especialistas en neurología, para evitar la cronificación y controlar las migrañas, son acudir al especialista ante cualquier síntoma, evitar la automedicación de analgésicos sin receta, manejar la enfermedad con el tratamiento adecuado, crear un 'diario de síntomas' para conocer el trastorno en profundidad, y cuidar el estilo de vida mediante una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico moderado.