Aquel 9 de noviembre, el gobierno del régimen comunista de la RDA convocó una rueda de prensa que aparentemente tenía un aire ordinario. Los corresponsales extranjeros esperaban un listado de medidas adoptadas por el régimen, pero algo había cambiado. El Muro de Berlín iba a caer esa noche.

Desde hacía unos meses, el régimen intentaba mostrarse más transparente con la intención de maquillar su imagen represiva a ojos del mundo. Y una simple y obligada pregunta de un periodista precipitó los acontecimientos de la caída. En el centro de los sucesos estaba Peter Brinkmann, corresponsal del diario ´Bild´, que recordó los sucesos con posterioridad.

El portavoz del régimen, Günter Schabowski, anunció que la RDA había decidido facilitar los visado para viajes al extranjero de los ciudadanos del este de Alemania. Sin embargo, las nuevas leyes no entrarían en vigor hasta la mañana siguiente, el 10 de noviembre.

Pero Schabowski se hizo un lío. Brinkmann señaló años después que estaba seguro de que Schabowski no había leído correctamente todos los comunicados que el gobierno le había preparado. En medio del largo discurso de Schabowski, un corresponsal italiano quiso indagar más y preguntó sobre la relajación en las restricciones para viajar.

Schabowski, confuso por la pregunta y desorientado ante una respuesta que no tenía clara, rebuscó en sus papeles y luego proclamó: "Por lo que hemos decidido hoy... Mmm, la creación un marco que haga posible que todo ciudadano de la RDA pueda viajar fuera de las fronteras de la RDA".

Y Brinkmann preguntó: "¿A partir de cuándo? ¿ Inmediatamente?". La respuesta pasaría a la Historia. "En mi opinión, entra en vigor... inmediatamente, sin retrasos". La siguiente cuestión de Brinkmann era si eso afectaba a las fronteras de Berlín. Schabowski dijo que sí.

Minutos después de transmitirse la noticia en la televisión Western TV, miles de personas se agolpaban en los puntos de acceso de la frontera y del Muro para pasar al Oeste. El Muro de Berlín estaba cayendo.