Situada en la comarca del Río Mula, Pliego es una de esas localidades tranquilas en las que casi todos los vecinos se conocen. Con una población similar a la de hace 40 años, con algo más de 3.000 habitantes, busca ahora darle oportunidades a los jóvenes, que en los últimos años emigran a zonas más pobladas para buscar trabajo.

P ¿Cómo ha cambiado el municipio desde las primeras elecciones municipales?

R Desde 1979 han pasado muchas cosas. En primer lugar, lo más importante, se inicia el cambio hacia unos Ayuntamientos democráticos. Y en segundo lugar, los Ayuntamientos, ante la precaria situación existente, empiezan a prestar servicios al ciudadano, de todo orden, desde infraestructuras, servicios culturales, servicios educativos y servicios sociales. Para ello se van propiciando los cambios legislativos necesarios, primero la nueva Ley de Bases del Régimen Local de 1985, después una serie de leyes, tanto del Estado como de la Comunidad Autónoma. No olvidemos la importancia en el cambio de paradigma que se produce con la aparición de las Comunidades Autónomas. Todo ello, claro está, al amparo del régimen constitucional nacido al amparo de la Constitución de 1978.

P ¿Qué grandes proyectos se han realizado en estos 40 años?

R Trasladándonos a los vecinos de Pliego, el cambio ha sido espectacular. Aparte del régimen democrático y de libertades, que ha permitido celebrar diez elecciones locales, en las que los plegueros han elegido democráticamente a sus alcaldes y alcaldesas, podemos señalar las grandes conquistas: por primera vez una Biblioteca Pública Municipal, un Instituto de Enseñanza Secundaria, también un Centro de la Tercera Edad, Mujer y Juventud, recuperación de espacios públicos, con parques y jardines, recuperación y puesta en valor del Patrimonio histórico y cultural, con ejemplos como la Iglesia de Santiago Apóstol, monumento histórico nacional, la Calle del Agua, el Castillo de las Paleras, la Casa Grande, ésta última restaurada y destinada a Casa Consistorial, instalaciones deportivas, la Almazara Santiaguista convertida en museo, viviendas para Jóvenes, viviendas de promoción pública en Calle Taibilla, Centro de Salud, centro de atención a la Infancia -Guardería-, recuperación del patrimonio arqueológico con la Almoloya y también recuperación y puesta en valor con la Sima de la Higuera, etcétera.

P ¿A qué retos se enfrenta en la actualidad el municipio? ¿Qué posibles soluciones pueden tener?

R Pliego es un municipio con una población de cuatro mil habitantes aproximadamente, que mantiene una estabilidad en el tiempo, no habiéndose producido el despoblamiento, pero sí el envejecimiento. Por consiguiente, el primer reto es crear oportunidades para que la población se mantenga y nuestros jóvenes sigan viviendo en nuestro pueblo, y para ello lo fundamental es el empleo y mantener unos servicios de calidad. Y en esa dirección tenemos que remar, creando un centro de estancias diurnas para nuestros mayores, además de potenciar los servicios sociales, tanto la dependencia, como la teleasistencia, actividades, etc. Por otro lado ayudando y favoreciendo el empleo en sectores como el turismo y la agricultura, y en el sector servicios. Creando Centros Educativos, en este caso estamos luchando por implantar ciclos de Formación profesional, un nuevo Colegio de Infantil y Primaria, etc. En definitiva, creando las condiciones para que vivir en Pliego sea apetecible para nuestros jóvenes, y de otra parte poder atender así a nuestros mayores.

P ¿Cuánta importancia tiene la política actual en la vida de los vecinos?

R La política, por definición, siempre tiene y tendrá mucha importancia en la vida de los vecinos. Tratamos de ser transparentes y participativos, llegando a los consensos en los grandes temas y en el gobierno del municipio, cosa que en la actualidad está ocurriendo. Y es empeño de esta alcaldía seguir profundizando en esta línea.

P ¿Es partidario de limitar los mandatos?

R Sí, considero que una limitación de mandatos, entre otras cosas, posibilitaría la regeneración democrática que tanta falta hace en nuestro país.

P ¿Necesita alguna mejora el municipalismo?

R Siempre hemos de tener afán de mejora y ser reivindicativos. La Constitución española reconoce la autonomía local, y en ese camino hay que profundizar, y para ello no existe mejor camino que aumentar la financiación. No olvidemos que el municipio es la base territorial donde todos los habitantes del Estado residen, y por consiguiente, donde se demandan y prestan materialmente todos los servicios. Por consiguiente, más medios económicos y que la Federación de Municipios sea reivindicativa en nombre de todos los municipios, y especialmente en nombre de los pequeños municipios.

P ¿Los ayuntamientos tienen el trato que se merecen por parte del Estado y la Comunidad Autónoma?

RNo. A pesar de estar reconocida su autonomía constitucionalmente, siguen siendo «el pariente pobre» de la Administración. Se ha creado un potente Estado de las autonomías, pero, por el contrario, los Ayuntamientos siguen a la «cola» de competencias y financiación, y con la carga de ser la puerta de entrada de todas las demandas de los ciudadanos.

P ¿En qué alcalde se fija usted como ejemplo y por qué?

R Entiendo y considero que en Pliego, todos los alcaldes y alcaldesas que ha habido han dado lo mejor de sí para atender a nuestros vecinos. Por lo tanto, en ese sentido, son para mí un ejemplo. Destacar individualidades, es difícil y complicado, pero creo que por el tiempo que estuvieron en el cargo y por los grandes logros que se consiguieron en sus mandatos, destacaría a Manuel Huéscar y a Isabel Toledo.

P ¿Cómo definiría el trato que tiene con sus vecinos?

R Con una sola palabra: excelente.

P ¿Cómo cree que será el municipio dentro de 40 años?

R De lo único que estoy seguro es de que será muy distinto. El avance en las nuevas tecnologías, la digitalización de los servicios, el concepto de participación y transparencia, la gobernanza desde abajo, harán que sea muy distinta la relación de los actores de la política local, y los servicios seguro que serán de mayor calidad. Con un nuevo escenario donde la violencia doméstica hacia la mujer y colectivos marginados será historia. Al menos, yo así lo deseo.