El Servicio de Mensajes Simples, más conocido como SMS (Short Message Services), cumple este domingo 25 años de existencia, sepultado bajo la explosiva popularidad de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram, que han relegado a un segundo plano a las ya anticuadas notas de texto.

"Feliz Navidad" fue el escueto contenido del primer SMS de la historia, enviado el 3 de diciembre de 1992 por el ingeniero canadiense Neil Papworth desde su ordenador al teléfono de Richard Jarvis, ejecutivo de Vodafone, a través de esta red de terminales móviles.

El servicio como tal había sido ideado por un ingeniero finlandés, Matti Makkonen, para funcionar como parte de la tecnología GSM (Global System for Mobile Communications o Sistema global para comunicaciones móviles) e implantado por Nokia, que durante los años noventa del siglo XX se convirtió en líder indiscutible de este sector en el mercado mundial.

La mensajería vía SMS se popularizó enormemente a lo largo de sus primeros diez años de vida, dio paso a la creación de los primeros emoticonos e incluso generó un nuevo lenguaje entre los jóvenes, que comprimieron palabras y expresiones para adaptarse al limitado espacio disponible en cada nota.

El límite de caracteres surgió de un estudio de mercado que determinó que la media empleada tanto en las tarjetas postales como en el servicio de télex utilizado por agentes de negocios no superaba los 150.

En 2012, se enviaban aproximadamente unos 15 millones de SMS cada minuto y un estudio de la compañía Acision los calificaba como la forma "más popular" de comunicación a pesar de la competencia del correo electrónico y de la mensajería en redes sociales, ya que un 92 % de sus encuestados todavía los preferían.

La situación cambió a raíz de la popularización de WhatsApp, una aplicación creada inicialmente en 2009 para dispositivos BlackBerry, que más tarde pasó a estar disponible para el iPhone de Apple y también para los teléfonos con sistema Android.

Los usuarios abandonaron en masa el SMS al tener disponibles muchas más opciones que notas de texto sencillas: escribir sin límite de espacio, chatear, incorporar todo tipo de emoticonos, grabar mensajes de audio e incluso hacer llamadas telefónicas a través de datos.

El creciente uso de otros sistemas de mensajería instantánea como Skype, Facebook Messenger o, más recientemente, Telegram (creada por los hermanos rusos Nikolay y Pavel Durov en 2013) ha terminado arrinconando a los SMS, cuyo uso es decreciente.

Sin embargo, según el director general de la empresa de ciberseguridad FT, Álex López, quizá la razón que les mantiene vivos a día de hoy sea la seguridad e integridad de sus comunicaciones ya que "aunque el anonimato es algo difícil de conseguir hoy en día, los SMS no tienen intermediario entre emisor y receptor".

Cualquier sistema de mensajería instantánea moderna está mucho más expuesto a ser interceptado porque "la empresa recibe el mensaje del usuario y lo almacena; luego, lo envía a su destinatario" con lo que las posibilidades de ser intervenido por una persona no autorizada son mayores.

Además, el servicio de estos sistemas no es tan fiable; WhatsApp, por ejemplo, ha sufrido varias caídas temporales y masivas durante los últimos meses, mientras la infraestructura del SMS se mantiene sobre la solidez de las distintas operadoras telefónicas que, además, "prácticamente regalan el servicio pues lo tienen amortizado después de tantos años generando buena parte de sus ingresos".