El cuerpo humano muchas veces nos sorprende y una de las cosas más llamativas que tiene son las lágrimas. Son tan corrientes para nosotros que ni nos paramos a pensar en el poder que tienen sobre el ojo: más de 400 sustancias dedicadas a protegerlo. En concreto, tiene tres componentes: el moco, creado por las células de la conjuntiva, las llamadas 'células caliciformes'; el agua, que supone el 95% de la lágrima, producida por la glándula lagrimal; seguida de una capa de grasa pequeña que fabrican las 'glándulas de meibomio', en el borde del párpado.

El catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Benítez del Castillo, explica que es dentro de ese agua donde están las más de 400 sustancias disueltas. Entre otras funciones destaca las de nutrir al ojo, y la de actuar como agentes antiinfecciosos y antiinflamatorios. "Protegen el ojo de agresiones externas. De hecho, si se mete algo al ojo, como una pestaña, se llora. Aumenta la producción lagrimal para expulsar ese cuerpo extraño. También nos ayudan a ver bien, si no las tuviéramos veríamos mal", incide.

A su juicio, el poder de las lágrimas naturales también se refuerza con que no hay ninguna lágrima artificial que sea exactamente como la natural, es "imposible" encontrar esa composición. Además, resalta que las lágrimas artificiales no se administran constantemente al ojo, sino que lo hacen de forma intermitente. "La lágrima 'baña' constantemente al ojo. Aunque eso sí, por la tarde menos que por la mañana. De hecho, por la noche no se produce lágrima y por eso dormimos con los ojos cerrados, para protegerlos porque no está la lagrima que nos proteja", comenta el especialista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

En este contexto, precisa que las lágrimas son fundamentales para el ojo porque las células de la superficie de la córnea no son lisas, y tienen microvellosidades. "Como superficie óptica, aunque debe ser transparente, la córnea no es buena porque no es regular. Es como un cristal rallado y necesitamos la lágrima para que convierta la córnea en una superficie óptica óptima y lisa. De hecho, pacientes con ojo seco ven mal y sobre todo cuando fijan la vista, cuando leen, o cuando están con el ordenador, por ejemplo. La lágrima cubre esos surcos de la córnea. Rellena los huecos entre las microvellosidades", señala.

El también secretario general de la Sociedad Española de Oftalmología establece una clasificación de las lágrimas:

-'Lágrima basal': la que producimos constantemente, centrada en nutrir al ojo.

-'Lágrima refleja': aquella que actúa cuando entra en el ojo un estímulo más importante. Cambia también la composición y aumenta su volumen. "Un lagrimeo reflejo aparece cuando se mete algo dentro del ojo, cuando hay una agresión", precisa.

-'Lágrima psíquica o emocional': tiene lugar cuando sucede algo emotivo. "Se produce, por ejemplo, cuando uno tiene sensaciones de alegría o de tristeza, y aquí intervendría el cerebro, que envía una señal a la glándula lagrimal para que fabrique más lagrima", agrega.

En concreto, Benítez del Castillo explica que la producción de lágrima se produce por dos puntos. "Al producir la lágrima, ésta tiene que salir del ojo y lo hace por los puntos lagrimales, uno arriba y otro abajo. Estos, a su vez, desembocan en la nariz y en la garganta", precisa.

También precisa que las glándulas lagrimales se encuentran en la parte superior externa de la órbita del ojo, aunque también estarían las glándulas lagrimales accesorias en el fondo de los sacos conjuntivales, que se encargan de la producción de agua con esas 400 sustancias disueltas.

Por otro lado, Benítez del Castillo es escéptico con la afirmación de que una persona pueda quedarse sin lágrimas por la deshidratación. "No está comprobado que una persona muy deshidratada se quede sin lágrimas, ni tampoco que el beber agua sirva para aliviar el ojo seco", precisa.

Finalmente, el experto menciona qué son las legañas, producidas muchas veces por una conjuntivitis infecciosa o tras dormir. "Se produce más moco y más grasa. Hay menos agua porque el ojo está cerrado y por la noche no se fabrican lágrimas. Por eso tienen lugar las legañas al levantarse o en una infección", añade.