Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), en colaboración con expertos de la Universidad Pompeu Fabra, del Instituto Pasteur y de la Universidad Pierre y Marie Curie, han descubierto un mecanismo neural que podría explicar el proceso de recompensa y adicción a la nicotina.

Se trata del principal compuesto psicoactivo del tabaco, el cual se absorbe rápidamente a través de la mucosa nasal, oral y respiratoria para llegar, al cabo de sólo 7 segundos, al cerebro, donde están los receptores. Es allí donde la nicotina ejerce su acción sobre el sistema nervioso central y el autónomo.

Esta relación casi inmediata entre la inhalación del humo y su efecto en el cerebro es uno de los factores que contribuye al alto poder adictivo de la nicotina. Esto se explica porque la nicotina ejerce sus efectos psicofarmacológicos mediante la activación de un receptor muy abundante en varias regiones concretas del cerebro, el receptor acetilcolina nicotínico (nAChR).

En este sentido, el trabajo, publicado en la revista 'Neuropsychopharmacology' y recogido por la plataforma Sinc, ha mostrado que algunos de estos receptores cerebrales contienen una subunidad llamada beta4, presente casi exclusivamente en una vía clave del circuito de recompensa del cerebro (el circuito habenulo-interpeduncular), y que es "crucial" para los efectos de recompensa positivos que provoca la nicotina en el cerebro.

Trabajo realizado en ratones

"El proyecto, llevado a cabo en ratones, ha encontrado que aquellos que carecen del gen que codifica la subunidad beta4 mostraban una reducción del consumo de nicotina y una respuesta neuronal anormal del sistema de recompensa de la dopamina ante la nicotina", ha explicado la investigadora del grupo en Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del IMIM y coordinadora del estudio, Patricia Robledo.

De hecho, prosigue, remplazando selectivamente esta subunidad del receptor nicotínico de estos ratones mediante un virus, se restauraba tanto el consumo de nicotina como la función dopaminérgica de respuesta a la nicotina.

Esta nueva diana neurobiológica servirá para aclarar la base de la adicción a la nicotina, y por lo tanto, podría ayudar en el diseño futuro de planes terapéuticos más racionales para dejar de fumar. "Los resultados confirman estudios de datos genéticos humanos que postulan que las variantes en el gen que codifica la subunidad beta4 pueden alterar la conducta de los fumadores y la vulnerabilidad individual a la adicción a la nicotina", ha zanjado Robledo.