En algún momento de la vida aparece el dolor de cabeza y, aunque pasajero en unos casos, para muchas personas llega a convertirse en un desagradable compañero de viaje. Más allá del recurso de la analgesia, existe la posibilidad de afrontar las causas que lo desencadenaron y decir adiós a estos dolores, el motivo de consulta más frecuente en las especialidades de Neurología y de Atención Primaria.

Según explica la doctora María Isabel Heraso, autora de 'Vivir bien sin dolor de cabeza' (Paidós, 2015), este es un mal de muchas personas que han integrado el dolor de cabeza como parte de sus vidas hasta tal punto que ya no aspiran a vivir sin él. El uso de analgesia se ha convertido en un recurso rápido y fácil que sin embargo puede ocasionar problemas de rebote y aumentar estas cefaleas, añade la doctora.

En el dolor tensional de cabeza existe un componente emocional que ocasiona contracturas musculares a nivel cervical cuya consecuencia es que el dolor ascienda desde el cuello hacia la cabeza. La sensación es de dolor o de estar cargado y su repercusión depende del umbral del dolor de cada persona.

"Es la cefalea que todos hemos padecido alguna vez, sobre todo derivada de una carga emocional y tensional que contractura los músculos de la espalda, hace que rectifiquemos la postura normal de la columna cervical y se comprimen e irritan los nervios correspondientes, que suben hasta alcanzar la cabeza", aclara Heraso, jefa de servicio de la Unidad del Dolor del Hospital San Francisco de Asís de Madrid.

Pero, ¿cómo identificar nuestro nivel de estrés? Para la doctora Heraso esto es algo que para la persona interesada no resulta fácil ya que es necesario descubrir los desencadenantes personales. "Aunque desde fuera es apreciable el estrés en el que vive, para el paciente no es fácil de reconocer. La prescripción de un ansiolítico suave puede ayudar al paciente a encontrarse mejor y comparar el antes y el ahora de su situación para asumir su estrés diario", señala la doctora.

Un estudio del estilo de vida y de las preocupaciones vitales a través de un diario personal puede ayudar al médico a identificar las causas del estrés y cómo afecta en los dolores de cabeza.

"El dolor de cabeza sólo es la punta del iceberg, hay que profundizar en la biografía del paciente para descubrir las fuentes de estrés, desliar la madeja de los distintos tipos de dolor que intervienen (neural, migrañoso o tensional). Con el paso de los años pueden aparecen todo tipo de cefaleas en el paciente y hay que identificar cuál es la que estimula a las demás y las situaciones vitales que alteran el ánimo de la persona hasta llegar a dónde empezó el dolor de cabeza", concluye la doctora.

Falsas creencias y mitos sobre las cefaleas

Entre los lugares comunes de quienes sufren estos dolores de cabeza, la doctora Heraso nos apunta varias falsas creencias a erradicar:

- Asumir el dolor de cabeza y pensar que forma parte de ellos y que deben soportarlo. "Estas personas se rinden y no afrontan la causa de estos dolores, están acostumbrados a la solución rápida de las pastillas pero la analgesia puede ocasionar un efecto rebote y dejar de funcionar", señala la doctora.

- Subyace entre la población la sensación de que los dolores de cabeza tienen su origen en una enfermedad que temen descubrir y en la que no quieren profundizar por si se trata de algo de gravedad.

- El cerebro no duele: en la cefalea tensional o neurálgica, el dolor proviene de fuera del cráneo, solo en la cefalea migrañosa, el dolor procede de las terminaciones nerviosas de las arterias diminutas de las meninges.

El mecanismo implicado es el ascenso de la tensión arterial, por estrés, que da lugar a que el cerebro reciba menos sangre de la que debería en un momento determinado y active un mecanismo de defensa orgánico que produce una vasodilatación en dichas arterias de las meninges (multiplican sensiblemente su tamaño) y al tratarse de arteriales, con pulso propio, producen un dolor pulsátil en cada latido semejante a un martillazo.

- La denominada 'neurosis de renta' se basa en que la persona con dolor de cabeza puede llegar a conseguir un trato de favor por parte de familiares e incluso colegas de trabajo: pueden tener una excusa para evitar discusiones, se les da a menudo la razón para no ocasionarles más tensión, etc.

- No todos los analgésicos funcionan: la doctora Heraso señala que es clave formar al paciente en el tipo de cefalea que padece ya que de ello dependerá cómo afrontarla desde el punto de vista farmacológico. "No es igual que el dolor proceda de un nervio somático que de uno central. En el primer caso podremos tomar un antiinflamatorio pero en el segundo necesitaremos un fármaco central. Si hablamos del paracetamol, por ejemplo, las dosis también varían en función de que el origen del dolor sea central o periférico", señala la doctora Heraso.