Sabe bien que los premios Nobel los entrega la Academia Sueca a personas que han realizado una gran labor en los campos de las ciencias o la literatura. Voy a comentarle porqué se han concedido dos de los últimos en el campo de la Medicina: En 2010 el premio Nobel recayó en Robert Edwards, fisiólogo inglés de 85 años, por sus trabajos en el campo de la infertilidad. O, mejor, por avanzar en la fertilidad asistida.

Hasta 1977, la única posibilidad que teníamos los humanos de procrear era que uno de los millones de espermatozoides que libera el padre al hacer el coito con la madre, ascendiera por los genitales de ella: vagina, útero o matriz, y las trompas, que son una especie de tubos que conectan el útero con los ovarios. La madre debía haber liberado un óvulo de alguno de sus dos ovarios que sería fecundado por el espermatozoide, generando el llamado huevo o zigoto. Este descendía por una trompa y se implantaba en el útero materno, que se había preparado para que así lo hiciera. Si por ejemplo, la trompa estaba cerrada, obstruida, no era posible concebir y la mujer era infértil. Se calcula que la infertilidad se presenta en una de cada 10 parejas.

En 1977, trabajando con el ginecólogo Patrick Steptoe, extrajo un óvulo de un ovario de una mujer que tenia una lesión en sus trompas y lo fertilizó con el esperma de su esposo, fuera del cuerpo femenino, en una probeta del laboratorio. Consiguió que se iniciara el desarrollo y el embrión lo implantó en el útero de la mujer. A los 9 meses, el 25 de julio de 1978 nació la primera bebé probeta, pues así se la conoció. Louise Brown. Se había conseguido para muchas mujeres la posibilidad de ser madres. Posteriormente se ha aplicado a otras infertilidades, no sólo por obstrucción de las trompas con éxito y se calcula que desde entonces han nacido más de 4 millones de niños por este procedimiento. Se ha dicho que el potencial de concebir con esta técnica es de un 20%, porcentaje semejante al de una pareja sana. Se ha demostrado que los nacidos por esta técnica no tienen anomalías genéticas y están tan sanos como los naturales.

Con Louise Brown había nacido también la fecundación "in vitro" (fuera del organismo), se avanzaba en el tratamiento de la infertilidad gracias a la fertilidad asistida y se avanzaba en la medicina reproductiva.

Como sucede siempre con la ciencia en estos temas sensibles, hubo desecuentros con algunos "religiosos". Algunos católicos recalcitrantes estaban en contra del método. Por fortuna, el Papa Juan Pablo I apaciguó a estos fieles: felicito a la recién nacida por la vida, y se mostró incapaz de juzgar a sus padres.

Telomerasa, la llave del envejecimiento

El Premio Nobel de Medicina se concedió en 2009 a tres investigadores americanos (Elisabeth Blacwort, Carol Volider y Jack Costac) por sus descubrimientos sobre el envejecimiento de las células. Le recuerdo que la célula tiene en su parte central el núcleo que está lleno de moléculas de ácido desoxiribonucleico (el conocido ADN) incluidas en una estructura llamada cromosoma. Los humanos tenemos 46 cromosomas; dos de ellos definen nuestro sexo (son el cromosoma X y el Y), uno procede de la madre y otro del padre. Los otros son 23 pares que regulan las diferentes funciones del cuerpo, ya que algunas porciones de ese ADN controlan que nuestras células sinteticen determinadas proteínas y a ellos se debe que nos parezcamos a nuestros antepasados.

Todos procedemos de una célula única (el huevo, resultante de la unión del espermatozoide de nuestro padre y el óvulo de nuestra madre) y desde entonces ésta por divisiones sucesivas ha generado todos los órganos del cuerpo.

En la parte más extrema de los cromosomas hay moléculas de ADN que no llevan información genética y se llaman telómeros. Cada vez que una célula se divide los telómeros se acortan y para que pueda seguir dividiéndose los telómeros deben regenerarse. Los investigadores premios Nobel de 2010 descubrieron un enzima, la telomerasa, que impide que los telómeros se acorten y con ello el que la célula no pueda dividirse. El que no se regeneren los telómeros es expresión de que la célula ha envejecido y está próxima a morir. De hecho la telomerasa sólo se expresa en las células madre.

Si los telómeros se regeneran rápido y sin límites, la célula puede dividirse rápidamente y originar un tumor maligno. Los Nobel han estudiado todos estos fenómenos que son muy importantes, ya que está en el centro de lo que es el crecimiento de la célula y por tanto del individuo, y también la posibilidad de formar tumores malignos. Si quisiera hacer un titular sensacionalista describiría que han descubierto el secreto de la inmortalidad o algo más modesto, la llave del envejecimiento.