A todos, especialmente si no estamos en forma, nos ha pasado que haciendo cualquier tipo de ejercicio mantenido en el tiempo, y de mayor intensidad que otros, nos ha empezado a doler el flato. Se trata de un dolor bastante molesto y punzante pero, ¿por qué sucede? ¿Cómo aliviarlo?

"El flato es una condición común experimentada por aproximadamente uno de cada cinco deportistas, descrita como un dolor abdominal transitorio relacionado con el ejercicio físico, sobretodo en actividades que implican movimientos repetitivos del torso. Suele ser un dolor agudo o punzante cuando la intensidad es severa, mientras que cuando es de menor intensidad se asemeja a un tirón", explican en una entrevista con Infosalus las doctoras Silvia Alcalde Muñoz, Viviana Oscullo, y María Elena Pejenaute Labari, miembros del grupo de trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Entre los factores que influyen en la aparición del flato destacan la ingesta de bebidas hipertónicas, y no tanto el contenido nutricional de la comida previa al evento deportivo. "Hasta en un 83% de las personas que presentaron dolor abdominal transitorio se identificó la asociación con la ingesta de bebidas hipertónicas, provocando mayor cantidad de flatos, a diferencia de las bebidas isotónicas e hipotónicas", agregan.

"Otros factores individuales como características anatómicas individuales (curvaturas exageradas a nivel de la columna), la edad (poco común antes de los 10 años), y el sexo (cuatro veces más frecuente en mujeres) pueden tener relación. También se ha sugerido que un calentamiento inadecuado antes del ejercicio, condiciones ambientales o simplemente la condición física pueden relacionarse con la aparición de flato, sin embargo, también se ha descrito en atletas de élite", explican las especialistas.

Son muchas las teorías que se han propuesto para explicar el porqué de este fenómeno, indican, como por ejemplo que al realizar un determinado tipo de ejercicio físico no llega suficiente cantidad de sangre al diafragma, que es el músculo que separa el tórax del abdomen, o que está producido por un aumento de la tensión de los ligamentos que soportan el peso de las vísceras.

Otros autores, según señalan, creen que se debe a la presencia de calambres musculares o a trastornos digestivos. "Por último, la teoría más en auge es la irritación y posible fricción del peritoneo, que es la capa que reviste por dentro la cavidad abdominal. Lo cierto es que en el momento actual desconocemos el verdadero origen del flato", destacan las tres especialistas de atención primaria.

Asimismo, constatan que otra de las características de la aparición de flato es que éste varía según las diferentes actividades deportivas. "En los estudios realizados se ha observado que correr sobre todo largas distancias y montar a caballo son los deportes que más flato provocan, siendo menos frecuente en baloncesto o ciclismo", indican.

Una vez que aparece el flato, las expertas de SEMERGEN sostiene que puede resultar útil realizar ciertas estrategias de tipo respiratorio, tales como inspiraciones profundas y respiración abdominal; o abdominal, como estirar la zona afectada, realizar flexiones profundas del tronco, aplicar presión manual sobre la zona o realizar contracciones máximas voluntarias.

"En aquellos casos en los que se sospeche que la postura o el tono muscular puedan estar involucrados podría resultar beneficioso la manipulación torácica, y el estiramiento de la musculatura vertebral y abdominal, sin necesidad de tener que realizar ningún calentamiento especial", añaden.

Eso sí, a su juicio, "sin duda lo más importante" es controlar la ingesta de suplementos energéticos hipertónicos (tanto líquidos como sólidos) antes y durante el entrenamiento o competición, evitando la ingesta de grandes cantidades de líquido dos horas antes, e identificando aquellas bebidas (por ejemplo, zumos concentrados), que favorecen más el flato.