Uno de cada cinco españoles padece algún tipo de dolor crónico, pero el 45 por ciento de ellos no acude a ningún médico para paliar su dolencia, tal como ha informado el vocal de la Sociedad Española del Dolor (SED), César Margarit, con motivo de la celebración del Día Mundial del Dolor.

Según la Asociación Internacional de Estudio de Dolor (IASP), se trata de una experiencia sensorial o emocional "desagradable" asociada a un daño tisular real o potencial. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que cuando se convierte en crónico es una enfermedad y su tratamiento un "derecho humano".

De hecho, es la primera causa de consulta en los centros de Atención Primaria y especializada, causa la mitad de las visitas a Urgencias y aumenta, de forma considerable, el número de días de hospitalización y de las visitas al médico.

Uno de los principales problemas que presenta es que cuando no se trata de forma eficaz puede producir depresión, retraimiento social, ansiedad, disfunción sexual e, incluso, puede aumentar el riesgo cardiovascular.

Además, el dolor es la causa más común de absentismo laboral en España, y causa más gasto en atención sociosanitaria que las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. "El dolor crónico moderado-intenso tiene más impacto en la calidad de vida de los pacientes que el cáncer de colon", ha avisado el doctor Margarit.

En este punto, y debido a que 2016 se ha dedicado al dolor articular, padecido por el 10 por ciento, el experto ha informado de que este tipo de dolencia está presente en el 20 por ciento de las personas que sufren algún dolor y de que es la responsable, junto al dolor musculoesquelético, del 20 por ciento de los años perdidos por discapacidad.

De hecho, la artrosis es la dolencia musculoesquelética más frecuente en la población anciana. En este punto, los expertos, que han alertado de que el dolor crónico representa el tres por ciento del PIB en España, han asegurado que actualmente el tratamiento del dolor no suele ser adecuado y que los fármacos que se utilizan suelen ocasionar efectos secundarios en los pacientes.

Ejemplo de ello es Jesús Montes, un hombre de 61 años con espondilitis anquilosante que sufrió una perforación de estómago como consecuencia de los tratamientos farmacólogos que tomaba para los dolores, y que sólo consiguió paliarlos con una terapia de estimulación medular prescrita en una Unidad del Dolor. "No tiene cura, pero sí hay terapias que pueden mejorar tu calidad de vida", ha argumentado.

No obstante, y aunque en España hay muchas unidades del dolor, el tesorero de la Junta Directiva de la SED, Miguel Ángel Caramés, ha avisado de que menos del diez por ciento son multidisciplinares y que la mayoría no cuenta con un psicólogo y sólo suelen tener a un profesional que, además, no está a tiempo completo y muchas veces va cambiando de puesto.

Por ello, los expertos han subrayado la necesidad de que sean multidisciplinares y de que, además, en todos los ambulatorios haya un profesional médico especializado en el tratamiento del dolor. En este sentido, el secretario de la SED, Victor Mayoral, ha lamentado la falta de formación de los profesionales médicos sobre el dolor, motivada por la inexistencia de asignaturas específicas en las carreras de Medicina, Enfermería o Psicología.

"Demandamos que esté presente en las carreras sanitarias para que el dolor sea tratado y no sólo sea un síntoma de alarma de presencia de otra enfermedad o una guía para tratar una patología concreta", ha aseverado el doctor Mayoral, para subrayar también la importancia de que los profesionales sanitarios tengan una formación continuada sobre el dolor, a través de un área de capacitación.

Finalmente, el secretario de SED ha solicitado que se reconozca a los profesionales formados adecuadamente y que trabajan en Unidades del Dolor, aunque ha informado de que los próximos días 30 y 31 de marzo se celebrará en Madrid el primer examen para optar por el Diploma Europeo del Dolor, si bien no será un reconocimiento oficial.