Aún queda mucho por descubrir sobre por qué necesitamos un 30% de nuestro tiempo para dormir. Se sabe que el sueño es una función fisiológica necesaria y que dormir mal genera mala calidad de vida y facilita el desarrollo de algunas enfermedades.

Dormir poco aumenta el riesgo de sufrir patologías psiquiátricas y favorece las enfermedades metabólicas como obesidad, diabetes... Por contra, dormir mucho puede estar asociado con apneas del sueño o enfermedades neurológicas. Hay patologías que producen esta hipersomnia como en el caso de los roncadores, duermen muchas horas, se despiertan cansados y sus apneas favorecen la hipertensión y el ictus.

¿Qué es la hipersomnia?

Es un trastorno del mecanismo del sueño, caracterizado por un sueño excesivo constante e involuntario. Una persona con hipersomnia tiene gran dificultad para mantenerse despierto, causándole un deterioro funcional significativo.

Síntomas de la hipersomnia

Tener sueño permanentemente a pesar de dormir muchas es un indicativo de que el cuerpo no descansa bien. Los síntomas de la hipersomnia son fatiga, cansancio, irritabilidad a la hora de levantarse, pérdida de concentración y sensorial, problemas de movimiento...

A la larga estos síntomas desembocan en problemas añadidos como pueden ser el trastorno afectivo y de autoestima, deterioro social y laboral, etc.

Causas de la hipersomnia

La somnolencia excesiva puede estar provocada por enfermedades sistémicas, neurológicas o enfermedades propiamente del control del ritmo sueño-vigilia.

Además la ingesta de fármacos puede alterar el estado normal de vigilancia y producir la sensación anormal de somnolencia diurna. Por tanto la hipersomnia puede clasificarse como secundaria (a otro proceso) o primaria-idiopática (cuando ella es la enfermedad primera).

Gráfico de la Clínica Universidad de Navarra.

Algunos tipos de hipersomnia

Una de las principales causas de la hipersomnia es la apnea del sueño (afecta a cerca de un 6 por ciento de la población) que ocurre cuando la parte posterior de la garganta impide el paso normal del aire hacia los pulmones. El individuo, de forma inconsciente tiene que hacer esfuerzo para respirar y por eso su sueño no resulta reparador.

Uno de los casos más graves de hipersomnia es la narcolepsia, un trastorno del sueño que causa ataques de sueño incontrolables y muy frecuentes durante el día. La narcolepsia puede conllevar cataplexia (pérdida del tono muscular), alucinaciones o incapacidad para moverse o hablar al despertarse.

Otro factor que origina hipersomnia, aunque muy poco común, es el Síndrome de Kleine-Levin, cuyos síntomas se presentan varias veces al año de forma episódica y suele ser frecuente en varones adolescentes. Va ligada a otros señales como: ingesta compulsiva de alimentos, hipersexualidad, irritabilidad, depresión...

Tratamiento

Si se detectan los síntomas explicados durante un periodo largo es importante acudir al médico o directamente a especialistas del sueño. En líneras generales, para tener un buen sueño los expertos recomiendan llevar un ritmo de vida regular manteniendo estables los horarios de sueño y comidas; evitar agentes externos que puedan importunar el descanso, y evitar las comidas copiosas antes de dormir.

Además, otras de las recomendaciones pasan por realizar deporte y llevar un estilo de vida activo, además de no tomar medicamentos sin consultar antes con un especialista.