El 15 por ciento de los pacientes diagnosticados de depresión no llega nunca a iniciar el tratamiento prescrito y ni siquiera informan al médico de ello, mientras que un 40 por ciento lo abandona en el primer mes.

Ello a pesar de que el tratamiento con fármacos antidepresivos consigue una remisión hasta en el 67 por ciento de los casos.

Así se ha puesto hoy de relieve durante un encuentro informativo, organizado por la farmacéutica danesa Lundbeck en colaboración con la Fundación Española de Psiquiatría, en el que expertos en este área han incidido en que un 50 por ciento de los casos de depresión no se diagnostican.

Este "infradiagnóstico" contrasta con el hecho de que el consumo de antidepresivos se ha triplicado en los últimos años en nuestro país.

Una "paradoja", ha dicho el doctor Guillermo Lahera, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y miembro del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria en el Cibersam, que se explica en el hecho de que por una parte no se identifica correctamente la auténtica enfermedad depresiva, pero a la vez se medicaliza el sufrimiento y los sentimientos emocionales negativos.

Un "error" que se da principalmente en atención primaria, pero también en la especializada, ha admitido.

Este investigador ha incidido en la baja adherencia que presentan los pacientes con depresión, ya que un 60 por cien de los que siguen tomando las pastillas después del primer mes, las abandonan en los meses siguientes cuando medio año es el periodo mínimo de tratamiento.

El doctor Lahera ha entonado el "mea culpa" al asegurar que a veces los médicos tienen la culpa porque no dan confianza al paciente o no existe una buena comunicación con él.

También influyen unos pacientes que "son más sensibles" a la información que ofrecen los prospectos y a los "falsos mitos" sobre estos tratamientos, como que "enganchan", cuando los ansiolíticos "tienen mucho más potencial de enganche", ha asegurado.

E igualmente los tratamientos: la complejidad de la toma, los efectos secundarios o la duración del mismo.

El doctor Luis Caballero, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y jefe de servicio del grupo Hospitales Madrid, ha asegurado que "la depresión se puede curar, pero no es fácil y siempre debe entenderse que es una enfermedad crónica que tiende a la recurrencia".

De hecho, un 50 por ciento de las personas que tienen un episodio van a tener otro. Un 70 por cien de éstos tendrá un tercero y a partir de ahí, es fácil tener un cuarto, un quinto.. etc, con lo que se convierte en una enfermedad crónica.

Por ello, ha advertido de que la diferencia entre tratar y no tratar es "muy importante". Si el paciente sigue el tratamiento los episodios se acortan, son menos intensos y menos frecuentes. Las tasas de recaída disminuyen.

Este psiquiatra ha recalcado que existe un "amplio arsenal" de antidepresivos y los médicos intentan seleccionar el mejor para cada paciente teniendo en cuenta que les afecten lo menos posible los efectos secundarios.

Se calcula que un 70 por ciento de los pacientes responden al tratamiento farmacológico, "una tasa alta", ha señalado el doctor Lahera, quien ha considerado que los médicos tienen que anticiparse y predecir si el paciente va a ser del 30 por cien restante o no.

En ese caso, hay que iniciar otras líneas de tratamiento, entre las que se encuentran la terapia electroconvulsiva (TEC) que, aunque tiene "mala prensa", ofrece buenos resultados en pacientes con depresión refractaria.

Los expertos han insistido en que no hay que confundir tristeza y melancolía con depresión. La tristeza es un sentimiento normal, que puede llegar a ser patológica en función de su duración, intensidad y grado de interferencia en la conducta y la vida cotidiana de la persona.

"La depresión es una alteración del tono vital y de la regulación afectiva". Así la ha definido el doctor Caballero.