La vuelta al cole puede haber sido deseada o detestada, pero sea como sea, ya está aquí. Se acabaron las vacaciones y hay que volver a la normalidad. Pero, ¿qué significa eso exactamente? Volver a la normalidad, puede sonar a volver al estrés, a los conflictos, a los días ajetreados, etc.

Muchas parejas me dicen que han procurado aprovechar el verano para mejorar su relación, para desconectar y relajarse, para disfrutar y ser un poco más felices. Quizás algunos lo han conseguido€pero, ¿qué hacemos cuando se acabó el verano? ¿Qué hacemos cuando volvemos a la rutina? ¿Cómo puede sobrevivir la pareja?

Las personas nos vemos afectados por nuestras circunstancias. Aunque no queramos, nos influyen. No es lo mismo estar de vacaciones con tu pareja en una isla veraniega que en casa con el jaleo de los niños, madrugando para trabajar, limpiando la casa y haciendo deberes. No es lo mismo. Por eso, uno puede ver cómo el carácter empeora en situaciones de estrés.

Las expectativas en pareja se modifican también según la etapa de esta y según sus circunstancias. No se espera lo mismo del marido cuando no hay hijos. Cuando hay niños las expectativas aumentan porque aumentan las demandas. Por eso si no se comprenden, es muy probable que surjan conflictos.

Pero no podemos vivir en un mundo sin estrés, no podemos no tener responsabilidades, no podemos vivir sin ningún tipo de problema. Por eso, más que evitar el estrés, es importante identificar sus síntomas y saber hacerle frente.

Principales síntomas:

€ "Sensación de urgencia" todas las tareas son "para ya".

€ "Sensación de impotencia": sientes que no llegas, que te falta tiempo, te falta energía, etc.

€ "Sensación de frustración": las cosas no salen como crees que deberían de salir y eso hace que te frustres contigo, con tu pareja, con el mundo en general. Puede que sientas que los demás van muy lentos, que no hacen las cosas bien, etc.

€ "Sensación físicas de agotamiento": por ejemplo dolores de cabeza, pesadez, suspiros frecuentes, etc.

€ "Sensaciones físicas de tensión": dolor de espalda, dificultades para relajarse, dificultades para sentir (esto puede afectar especialmente a las relaciones sexuales y a las muestras afectivas).

€ "Síntomas de ansiedad": dificultades para dormir, aprensión en el pecho, dificultad para respirar, pinchazos, etc.

¿Qué podemos hacer para que la pareja sobreviva al estrés del día a día?

Es importante que la pareja se convierta en un punto de apoyo y no de tensión. Para ello es conveniente explicar con claridad las necesidades de cada uno las veces que sean necesarias. Muchas veces, se da por hecho que el otro debería de saber cómo nos sentimos y lo que necesitamos. Las mujeres tienen la tendencia a reprochar cuando ven que las cosas en pareja no son como ellas esperaban. Pero esto no es una buena estrategia porque no clarifica las necesidades.

Los hombres, tienden a volverse más pasivos basándose en la idea de "haga lo que haga no mejora la situación". Pero esta estrategia tampoco es adecuada porque difícilmente su pareja entenderá su frustración, más bien se sentirá abandonada.

Al final, lo más acertado es acercarse en un momento de tranquilidad, incluso puede ser fuera de casa, en un parque o cafetería y cada uno decir que es lo que necesitaría en la relación de pareja y familiar. Si os es muy difícil hablar podéis escribir primero en un papel vuestras necesidades, intercambiarlas y luego hablar de ellas.

Otra área muy importante, es el espacio de tranquilidad en pareja. Buscar un momento al día, aunque sólo sean 10 minutos para abrazarse, hablar de cosas positivas, ver una serie, escuchar una canción, etc. Si en una pareja es imposible sacar 10 minutos para estar juntos sin distracciones, es muy mala señal.

También es importante tener un espacio, aunque sean dos veces a la semana de desconexión de todo. Muchas veces, ser padre y madre se asemeja a un trabajo d jornada completa y sin vacaciones. Aunque es una experiencia maravillosa, también puede ser agotadora. Por eso, tener algo de tiempo personal, para leer, hacer deporte, dar una vuelta, etc., es bueno para ti y para tus hijos. Porque cuando tu "recargas pilas" puedes atenderles mejor.

Y por último el área familiar. Muchos padres están tan pendientes de que los hijos cumplan las normas y hagan todas las tareas que tienen que se pasan el día en tensión con ellos. Es importante poder disfrutar con los hijos. Es decir, poder tener un tiempo para jugar con ellos o hacer alguna actividad placentera que no demande exigencias. De este modo se conecta con el lado más afectivo de la maternidad y de la paternidad.