Un nuevo estudio llevado a cabo por Harvard Medical School corrobora la teoría que ya sustentaban antiguas investigaciones y en las que se indica que las eyaculaciones frecuentes permiten evacuar las sustancias potencialmente cancerígenas de la próstata.

A partir de los 40 años, hay que empezar a vigilar la salud de la próstata; los investigadores aconsejan que el hombre eyacule una mínima de 21 veces al mes, acto que contribuye a eliminar los potenciales cancerígenos que puede contener el semen. Y es que el esperma es una asociación de numerosas sustancias químicas que, por su actividad biológica, pueden transformarse en cancerígenas si no son evacuadas.

La teoría se basa en un experimento llevado a cabo con 32.000 hombres de los cuales alrededor de 4.000 habían padecido cáncer de próstata. A lo largo de 18 años, los expertos les entrevistaron para saber qué frecuencia de eyaculaciones tenían en diferentes edades de su vida: de 20 a 29, de 30 a 39 y de 40 a 49.

Otro estudio en la misma línea firmado por los investigadores del Consejo sobre el Cáncer del Estado de Australia también subraya que eyacular hasta cinco veces por semana reduce en un tercio el riesgo de sufrir este tipo de cáncer.