La fibromialgia es una enfermedad crónica que se estima que afecta a más de un millón de españoles, principalmente mujeres. Su diagnóstico es complicado, ya que no existen pruebas médicas específicas que ayuden a confirmar su presencia, y se desconocen las causas que la provocan. La dolencia se caracteriza por un dolor músculo-esquelético generalizado y una hipersensibilidad en múltiples puntos del cuerpo, que hace que cualquier contacto físico o cambio de temperatura pueda provocar dolor, aunque no exista un daño aparente.

Las causas desencadenantes de la fibromialgia son todavía desconocidas, pero sí que se conoce que ciertas alteraciones fisiólogicas y psicológicas como las siguientes están relacionadas con la aparición de la enfermedad.

- Desequilibrio de neurotransmisores del sistema nervioso. Este deseiquilibrio puede causar la alteración de los mecanismos reguladores del dolor, del sistema nervioso autónomo y del estado de ánimo.

- Alteración de niveles de determinadas sustancias que intervienen en procesos neuroquímicos. La alteración de los niveles de sustancias como la serotonina, el triptófano, la sustancia P o el ácido glutámico puede producir hipersensibilidad.

- Alteración en la llegada de flujo sanguíneo a determinadas estructuras cerebrales.

- Cierta base genética o predisposición genética. Los familiares de pacientes afectados por la fibromialgia tienen mayores probabilidades de sufrir la enfermedad.

- Factores desencadenantes y precipitantes. Infecciones crónicas, infecciones víricas, procesos inflamatorios, o enfermedades musculares pueden provocar el desarrollo de la enfermedad.

- Espectro afectivo. La depresión está asociada a la fibromalgia, aunque aún no se ha precisado si puede ser una causa o una consecuencia de la misma.

Dado que el diagnóstico de la fibromiaglia está basado en el análisis de los síntomas que presenta el paciente, es importante conocer cuáles son los síntomas que pueden derivarse de la enfermedad. Existen unos síntomas predominantes y que son comunes a todos los afectados o a la gran mayoría:

- Dolor intenso, crónico y generalizado. Es el síntoma predominante y afecta a diversas zonas musculares desde muslos y brazos hasta la región cervical y la columna.

- Agotamiento físico y psíquico. La mayoría de personas afectadas sufren una fatiga que puede durar varios días, e incluso, convertirse en permanente.

- Alteración del sueño. Este síntoma depende de la intensidad de la enfermedad en el paciente.

Otros síntomas de menor frecuencia que pueden aparecer en combinación con los anteriores son: rigidez muscular y contracturas en diversos grupos musculares, dolores de cabeza, intestino irritable, extremidades frías, aumento de sudoración, palpitaciones, intolerancia a fármacos y sustancias químicas, boca y ojos secos, dolor en la mandíbula, problemas de concentración y memoria, síntomas afectivos como ansiedad o alteración del estado de ánimo, mareo e inestabilidad.

El diagnóstico de la fibromialgia es muy complicado por las características de la enfermedad y se estima que el 75% de los afectados no está diagnosticado. El Colegio Americano de Reumatología estableció en 1990 unos criterios básicos para poder diagnosticar la dolencia (Criterios ARC 1990):

- Dolor musculoesquelético generalizado y continuo, de más de tres meses de evolución, afectando al menos tres de los cuatro cuadrantes corporales.

- Sensibilidad y dolor en los denominados 'puntos gatillo': 18 puntos dolorosos, de los cuales al menos 11 han de ser positivos. Dichos puntos gatillo se localizan a nivel de la región occipital, cervical baja, región de los músculos trapecio y supraespinoso (lateral y posterior del cuello), segundo espacio intercostal (porción anterior de la región torácica), codo, glúteo, cadera y rodilla.

Estos criterios, aunque muy útiles para detectar la enfermedad, no controlan ciertos síntomas relacionados como las manifestaciones neurológicas, cognitivas, psicológicas, endocrinas, etc.

Existen otros criterios más recientes para diagnosticar la fibromialgia que solo contemplan que haya dolor en cinco de los puntos sensibles, además presentar la exclusión de otras enfermedades como criterio obligatorio e incluir la presencia también obligatoria de tres criterio menores.

Los criterios menores, de los cuales deben darse tres para poder considerar el padecimiento de la enfermedad, son los siguientes:

- Cambios de los síntomas por la actividad física

- Alteraciones de los síntomas por factores atmosféricos

- Empeoramiento de los síntomas con el estrés

- Sueño no reparador

- Fatiga general

- Dolores de cabeza

- Colon irritable

- Sensación de inflamación

- Parestesia

- Ansiedad

Además de estos criterios menores, es necesario descartar previamente enfermedades que podrían ser las causas de los síntomas del paciente, antes de considerar la fibromialgia como una opción. Las enfermedades que cursan con dolor generalizado y fatiga, las inflamatorias articulares, las autoinmunes, las neurodegenerativas y las endocrinas, son posibles causantes de los una sintomatología similar.