En el área de alergología del Hospital de Molina tienen muy claro que «la vacuna es el único tratamiento para la alergia que puede curar sus síntomas más frecuentes», sostiene la doctora Lelia Gacias.

Entre los distintos síntomas que puede presentar una alergia se encuentran los estornudos, el picor de nariz y de ojos, el lagrimeo, la tos, la fatiga o el pitido en el pecho. Para paliarlos existen varios tipos de vacuna, «puede ser subcutánea, oral o sublingual», indica Gacias.

El tratamiento que llevan a cabo los profesionales sanitarios del Hospital de Molina consiste en administrar dosis progresivamente crecientes del alérgeno (pólenes, ácaros, hongos o epitelios de animales) al que el paciente es alérgico, hasta alcanzar una dosis de mantenimiento.

Para solventar esta patología, en el Hospital de Molina realizan un diagnóstico detallado de cuales son los alérgenos que pueden causar los síntomas de la alergia, para así configurar una vacuna específica para cada paciente.

En este sentido, la doctora afirma que «en el caso de que la vacuna sea subcutánea, las primeras dosis las administramos en el hospital para asegurarnos de que el paciente la tolera bien y no se produce ninguna reacción adversa». Posteriormente puede administrarse en cualquier Centro Médico por personal de Enfermería.

El final del tratamiento

La alergóloga Gacias, avanza que «la vacuna puede suspenderse cuando el paciente lleve al menos dos años sin síntomas de alergia o cuando lleve cinco años vacunándose».

Asimismo, todas las personas alérgicas pueden recibir un tratamiento específico que logre mejorar o eliminar los síntomas de alergia consiguiendo así una mejor calidad de vida.