Es uno de los 'gadgets' más adquiridos por los españoles en los últimos, en especial los jóvenes. Los auriculares o cascos inalámbricos que reproducen música se han convertido en uno objeto muy extendido, pero que también tiene sus riesgos. Escuchar música a un volumen muy alto puede dañar nuestras capacidades auditivas incluso de modo irreversible, ya que puede producir sordera.

El funcionamiento del oído humano se basa en las células pilosas. Se hallan en la parte interna del oído y transforman el sonido en señales eléctricas. Estas señales son ´transportadas´ por el sistema nervioso al cerebro, que las convierte en sonidos reconocibles e identificables por las neuronas. No obstante, estas células pilosas se pueden dañar si el oído es sometido a fuertes volúmenes de emisión, ya sea con los auriculares o sin ellos.

El riesgo de sufrir daños cuando se escucha música a un alto volumen depende del uso que se haga de los audífonos y, sobre todo, de la duración. El volumen de salida del sonido de los dispositivos de audio personales, como algunos auriculares, puede oscilar entre los 75 y 130 decibelios a su volumen máximo. Un informe de la Organización Mundial de la Salud recomienda no utilizar más de una hora al límite estos dispositivos. ¿Y donde se sitúa el límite? Según la OMS, en el 60% del volumen máximo del reproductor de sonido.

Para entender cuáles los niveles de sonido habituales, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos subraya que una conversación normal entre dos personas tiene un volumen que va de los 40 a los 60 decibelios y que el de un concierto de rock se comprende entre los 110 y los 120 decibelios, similar a una discoteca.

Los peligros de escuchar música a un volumen excesivamente alto son varios. En caso de hacerlo de forma continua y habitual, durante más de ocho horas al día, podría incluso a conducir a la sordera. No obstante, la patología más habitual es la hipoacusia o pérdida de audición.

Los acúfenos o ´pitidos´ en el oído son una de las señales más habituales de que se puede estar ante una hipoacusia. De todas maneras, si se tiene un zumbido o un ensordecimiento en los oídos durante más de 24 horas después de haberse expuesto a un volumen alto (ya sea con auriculares o sin ellos), es recomendable realizar una visita al médico. Los antecedentes familiares también influyen en la posibilidad de padecer una hipoacusia.