El sueño es uno de los hábitos más importantes para restablecer el equilibrio físico y psicológico, sobre todo cuando se trata de niños, ya que es básico para el desarrollo y el bienestar del menor; favorece los procesos de atención y memoria, y, además, ayuda en la consolidación del aprendizaje y a la mejora del comportamiento.

Los expertos recomiendan que los niños entre 3 y 8 años duerman un mínimo de 9 a 10 horas diarias, en verano estos horarios suelen verse modificados. Para volver a retomar el hábito del sueño, los pediatras de Atención Primaria (SEPEAP) han elaborado un decálogo con una serie de consejos para los padres que les ayudarán a adaptarse a la rutina:

1. Hay que tener una realización de horarios regulares para dormir, incluso los fines de semana.

2. Es importante tener una regularidad con los horarios de las comidas.

3. Una exposición a luz intensa por la mañana ayuda a adelantar la fase de sueño.

4. Es recomendable favorecer las actividades estimulantes en aquellas horas del día con tendencia al sueño.

5. Si el niño duerme la siesta, ésta deberá ser corta, entre 30 y 45 minutos, y a primera hora de la tarde.

6. Evitar los estimulantes como la cafeína, la teína o las bebidas de cola.

7. Evitar sustancias como el tabaco, el alcohol u otras drogas, que tienen efectos nocivos sobre el sueño y la propia salud en general.

8. Hay que practicar regularmente ejercicio físico, pero nunca en horas previas a la de irse a la cama.

9. Hay que evitar que el niño se duerma con la televisión puesta, porque esto disminuye la profundidad del sueño. Además es conveniente no colocar una televisión ni aparatos electrónicos en el dormitorio.

10. Es bueno aprender a relajarse y a expresar adecuadamente las emociones.