Las mujeres bereberes marroquíes recogen los frutos del Argán y hacen todo el proceso de forma manual hasta conseguir el aceite puro de argán. Es un proceso tradicional y se sigue haciendo de la misma manera que hace siglos. Rompiendo uno a uno sus frutos del que salen 3 pipas.

El aceite de Argán se consigue amasando esas pipas en prensas de piedra en la que se consigue una pulpa que estará una semana descansando (hecha pequeñas bolas) en un lugar fresco y oscuro. Estas bolas de pulpa serán exprimidas para separar el aceite listo y puro. Se dice que hacen falta 20 horas de trabajo para producir alrededor de 1 litro de aceite de Argán.

El proceso es laborioso, pero es sólo así como se obtiene lo que se llama “oro líquido de Marruecos” o Aceite Puro de Argán “el aceite más caro del mundo”.

El árbol de Argán protegido por la UNESCO

El árbol de Argán (argania spinosa) es endémico del suroeste de Marruecos. Parece nacido para sobrevivir sólo en condiciones semidesérticas, aguantando temperaturas extremas (desde los 3º a los 50º). Soporta la sequía y se adapta totalmente a ella. Crece en suelos muy pobres y puede vivir más de 200 años.

Los bosques de Argán se distribuyen en zonas protegidas por la UNESCO por el peligro de extinción al que están expuestos y porque son uno de los recursos económicos y nutricionales básicos para la gente de esas zonas.

El aceite de Argán está mejorando la posición social de la mujer Bereber

La producción de aceite de Argán, fabricado por las mujeres Bereberes, ha mejorado sustancialmente sus condiciones debido a la popularidad y la gran demanda que este aceite (magnífico por sus propiedades cosméticas y nutricionales). Estas mujeres han ido trabajando para varias cooperativas de comercio justo de producción de aceite. Algunas además tienen permiso para trabajar sólo media jornada y así atender a su familia mientras reciben un salario justo; pero lo más importante es que tienen aseguradas unas buenas condiciones laborales.

Además de asegurar y mejorar el estatus salarial y laboral para las mujeres Bereberes, las cooperativas de comercio justo cuidan también de la conservación de los bosques de Argán (por mucha demanda que haya de aceite de Argán en el mundo entero).