La Reina Letizia tiene una gran habilidad en crear looks y en rescatar prendas de su vestidor. Y eso es lo que ha hecho este 6 de noviembre de 2017 en el que el Rey Felipe VI y Doña Letizia ofrecían una cena de gala en el Palacio Real al presidente de Israel Reuven Rivlin y su esposa, Nechama Rivlin con motivo de su visita de Estado.

Tras recibirles en la Plaza de Armerías del Palacio Real, acudieron a una recepción y posterior almuerzo. Esta noche el Palacio se engalanaba en honor del matrimonio israelita Rivlin, (país con el que guardan estrechas relaciones).

Los hombres de esmoquín, chaqué y pajarita blanca, obligatorio, dejaron los honores como siempre a las damas. Nechama Rivlin escogía un vestido túnica en negro con cruces blancas en el centro. Negro y blanco también han sido los colores elegidos por la reina española.

Su Majestad la Reina ha tirado de armario y ha elegido para la ocasión su espectacular falda de mantón de manila en negro con flores blancas bordadas de Lorenzo Caprile. Fue en octubre de 2004 cuando siendo Princesa de Asturias, la lució por primera vez en su primera visita a Estados Unidos en la cena de gala de la Hispanic Society a la que solía acudir la Reina Sofía. En esa ocasión la combinó con una blusa de seda blanca cruzada con lazada de Caprile. 13 años después, la mujer de Felipe VI se ha enfundado en su falda y un cuerpo brocado en negro y escote pico firmado también por Caprile.

En cuanto a las joyas la Reina Letizia ha escogido una de sus favoritas la diadema floral de Mellerio, que Franco regaló a la Reina Sofía con motivo de su boda con Don Juan Carlos y los dos espectaculares brazaletes de brillantes juntos en su brazo izquierdo.