Zekial Mutua, responsable gubernamental de Kenia, acaba de coronarse en lo más alto a raíz de una foto en la que se ven dos leones machos teniendo sexo. Sin dudarlo, ha afirmado que eso es cosa del demonio y que la culpa la tiene el turismo gay cada vez más numeroso en la zona.

La instantánea tomada en el parque natural de Masai Mara es obra del fotógrafo Paul Goldstein y en la misma, que ilustra este artículo, se ve a dos leones machos, de preciosa cabellera, montando el uno al otro en plena cópula mañanera.

La simple imagen ha servido al miembro del gobierno keniano para, además de demostrar sus nulos conocimientos en materia animal, explicar que el origen de dicha práctica se debe a que los animales, en algún momento, han debido de ver un comportamiento similar en alguna pareja de homosexuales visitante en la zona.

Para empezar habría que explicar que en la naturaleza se producen constantemente dos tipo de monta: la sexual y la jerárquica. En perros es muy habitual ver la misma. Los machos se montan uno sobre el otro, no para mantener relaciones sexuales sino, simplemente, para acreditar quién manda de los dos. Es un acto de dominio y sumisión que nada tiene que ver con el sexo.

Ahora bien, pese a lo anterior, ¿existen comportamientos homosexuales en el mundo de los animales? Claro que sí. Bruce Bagemihl, en su libro

«Biological Exuberance», fue el primero en explicar que la homosexualidad era algo común en todas las especies. De hecho, hoy en día existen multitud de vídeos, fotografías y documentos que así lo certifican. En los simios, por ejemplo, tan parecidos a nosotros, las relaciones entre individuos del mismo sexo son un comportamiento habitual que, además, tiene importantes componentes sociales. A través del sexo afianzan las relaciones sociales e, incluso, resuelven conflictos. Ni que decir tiene que la homosexualidad no sólo se da entre machos sino también entre hembras.

¿Y entonces en el caso de los leones? Pues también, por supuesto, ¿por qué no? La foto realizada no es sino la constatación del algo que se puede ver normalmente en la mayoría de parques zoológicos. El problema es que, en este caso como siempre, son los prejuicios y la ignorancia los que intentan ver algo anormal en donde, simplemente, existe algo natural.