Es bastante frecuente la creencia de que si se extirpan las glándulas anales al hurón, se irá el intenso olor que produce. Esto no es totalmente cierto, ya que los hurones tienen glándulas por todo el cuerpo por donde liberan ese olor y, solamente en momentos de excitación, miedo o para defenderse, lo desprenden a través de las glándulas anales. Sería parecido a lo que hacen tanto los perros como los gatos. El olor corporal del hurón está relacionado con el incremento de hormonas en el celo, por lo que una buena medida para prevenir su olor será mediante la castración del animal, tanto de manera quirúrgica como química.

Otro error habitual para disminuir su olor es bañarlo de manera frecuente. Al hacerlo, provocamos un efecto completamente contrario, ya que, cuanto más lo bañamos, más grasa genera y el olor es aun más fuerte. Para realmente disminuirlo es aconsejable -además de mantener una jaula limpia, incluyendo hamacas, juguetes y todos los accesorios- cambiar a diario la bandeja de las heces, así como limpiarle los oídos cada 15 días, ya que su cera también desprende un olor muy intenso y característico.