Si las colonias de gatos existentes en las distintas localidades murcianas son causa constante de polémicas durante todo el año, más aún lo son en estas fechas. Los habituales enfrentamientos entre las personas que las alimentan y, aquellas otras a las que les molestan, aumentan sin remedio al subir las temperaturas climatológicas y, con éstas, los posibles olores. Es importante que los ayuntamientos medien en estos conflictos y que consigan armonizar la labor que realizan las personas que cuidan a esos gatos, con la normal convivencia de los vecinos de la zona. Encontrar soluciones es una prioridad por el bien de los animales. Si no, desgraciadamente, ya se sabe que, al final, siempre acaba apareciendo algún desaprensivo que, veneno en mano, acaba con la vida de muchos ellos, pese a que, por supuesto, se trate de un delito con pena de cárcel.