Siete años después del fin de El Canto del Loco y tras más de un lustro como El Pescao, David Otero debuta con su propio nombre lanzando un álbum homónimo -editado por Sony Music y producido por Tato Latorre- con una decena de nuevas canciones de pop en el sentido más amplio del término.

"Mi objetivo con este disco es lanzar vibraciones positivas. Con la cantidad de cosas feas que pasan, lo caro que está todo, Donald Trump... se pregunta uno dónde está el buen rollo. Yo voy a intenter poner mi granito de arena", plantea a Europa Press este madrileño de 36 años.

Y aún añade: "Le pongo mucha sonrisa a la vida, con mis momentos, lógicamente. Trato de pasármelo bien con todas las cosas que hago en mi día a día, mi forma de ser es así, estoy siempre gastando bromas. Me gusta reírme, es mi carácter y creo que se refleja en este disco".

Sobre la decisión de acabar con El Pescao y ponerse en marcha con su nombre, admite David que ese apelativo salió por "todos los miedos" que tenía cuando acabó El Canto del Loco. "Inconscientemente, fue poner ese nombre para que recibiera todos los golpes", confiesa.

"El Pescao se estaba poniendo pocho. Era como un jersey que ya no te queda bien y decidí quitármelo. El nombre tampoco es bonito. Por suerte, uno se da cuenta de sus errores, aprende de ellos y los arregla. Los errores nos hacen mucho más que los aciertos y todos tenemos derecho a equivocarnos", reflexiona.Un disco de melodías pop

De vuelta sobre el contenido del disco, defiende David que mantiene "un cierto sello reconocible" en sus melodías, tanto las que aportó para El Canto del Loco como luego en su carrera posterior: "Lo que menos me cuesta son las melodías, las cazo al vuelo, las estrujo y las modifico. Me tengo que esforzar muchísimo más con las letras".

Afirma por eso que el trabajo con las melodías le resulta "muy divertido", y recuerda que es así "desde que jugaba de crío al Mario Paint, con el que podías dibujar y también hacer música sobre un pentagrama". "Es de las primeras relaciones que tuve yo generando música a través de un sistema digital, me pasaba horas", rememora.

Esa influencia primigenia se refleja ahora en el sonido de este álbum, que cuenta con muchas aportaciones de casiotones e incluso un Casio PT1. "Hay mogollón de sonidos del disco sacados de esos dos instrumentos, junto a una caja de ritmos Roland de los ochenta. Esa es la base y suena ochentero porque no puede ser otra manera", revela.

Asimismo, asegura que le encantan los sintes en general y también mezclarlos con guitarras: "Hay muchas guitarras que procesamos y parecen sintes. Hay también un par de pianos Rhodes que los distorsionamos tanto que parecen guitarras. Quería recuperar ese tipo de cosas para recordar por qué empecé a hacer música".

Gira de presentación a demanda

Para decidir el itinerario de la gira de presentación el disco, David se ha aliado con la plataforma Shows on Demand, de manera que han sido los propios fans los que han votado a sus ciudades. Una vez terminada la encuesta, se contabilizan los votos y se organizan los conciertos donde haya más petición popular.

Así, David afirma que "es muy interesante que los fans puedan votar por las ciudades de una gira", si bien destaca que, en cualquier caso, "nadie te asegura que vayas a vender entradas, vas con una mano delante y otra detrás al final". "Pero me propusieron hacerlo así y las que tienen más votos son las que elegimos para ir a tocar", añade.

Sin querer desvelar demasiado sobre los recitales en sí, avanza David que "Madrid, Barcelona y Zaragoza será un formato eléctrico con toda la banda, y en el resto de ciudades uno acústico pero que no es nada aburrido y tiene muchos cacharritos divertidos". "Nos lo hemos currado mucho y hemos buscado vueltas a las canciones para que molen", asegura.

Deseando está de volver a salir a tocar, por tanto: "Para mi la felicidad es estar en la carretera de Burgos, en la de Valencia, pensando donde paramos a comer, llegar a la prueba y tocar. Ese tipo de vida es la que me gusta y quiero hacerlo muchas veces más de las que ya llevo".

Finalmente, recalca que él seguirá haciendo kilómetros con sus canciones siemrpe que pueda, porque nadie le puede "frenar, vayan a verte diez o 10.000 personas, te vas igual". "Es que te duele la barriga, no sabes qué va a pasar, es una incertidumbre constante pero entras a jugar y no lo puedes evitar, es una especie de adicción".