La montañera Edurne Pasaban, la primera mujer en coronar los 14 ochomiles del planeta, ve en el "peso de la sociedad y determinados roles" la explicación de que siga habiendo tan pocas mujeres en la alta montaña, pero advierte: la montaña no entiende de hombres y mujeres.

Así lo ha señalado en Madrid en la sede del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en una charla organizada por su Oficina de la Mujer en Ciencia con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

En inglés y ante un auditorio joven, Pasaban, que cree que volverá algún día a escalar un ochomil, ha repasado su trayectoria como alpinista, ha dado detalles de algunas de sus expediciones y ha hablado de igualdad de género, terreno en el que si bien algunas cosas están cambiando queda trabajo por hacer.

Para esta deportista, detrás del reducido número de mujeres en deportes extremos, y en particular en la alta montaña, están determinados roles de la sociedad que "siguen pesando mucho".

En este sentido, ha dicho que para ser una alpinista profesional necesitas un largo período de tiempo, pasando además dos meses fuera de casa, y "llega un momento en el que te plantas en los 30/31 años, cuando la sociedad te exige otras cosas: casarte, tener hijos, etc".

"Pesa más la sociedad", que parece que te obliga a elegir, según Pasaban, para quien no obstante se pueden hacer las dos cosas -ser alpinista y madre-, teniendo muy claras ambas.

Pasaban, quien ha lamentado haber tenido que escuchar en su día que consiguió su reto de coronar los 14 ochomiles porque detrás tenía un equipo de hombres, ha apuntado que pueden darse algunas pequeñas diferencias entre hombres y mujeres en la montaña, como que ellos puedan cargar con más peso o que ellas se aclimaten más rápido a la altura, según su experiencia, pero "la montaña no entiende de hombres y mujeres".

Esta deportista ha contado cómo se decantó por el alpinismo -mejor elegir con el corazón, ha dicho- y cómo detrás de los retos que te marcas en la vida hay que poner unos cuantos ingredientes: ambición o pasión, entre ellos.

También, ha afirmado, hay que creer en uno mismo, y, en su caso, saber elegir equipo -fundamental por la comunicación y conexión- y aprender de los errores.

Pasaban, quien sigue entrenándose tres o cuatro días a la semana, no descarta volver a la alta montaña: "No lo tengo previsto de momento, pero creo que volveré algún día a hacer un ochomil".