Reyes Monforte (Madrid, 1975) no ha tardado en situar en las listas de los más vendidos su último trabajo, 'Una pasión rusa', que sigue el éxito de títulos como 'Un burka por amor' o 'Besos de arena'. De este modo, la viuda del recordado actor José Sancho vuelve al ruedo literario para contar, a modo de novela con un pie en la realidad, la vida de Lina Prokófiev, la esposa española del célebre compositor ruso. Pasó de ser una de las mujeres más admiradas de su tiempo a verse encarcelada en un gulag acusada de espionaje por Stalin. "Es uno de esos romances que nunca acaban del todo, aunque él la abandonó por otra más joven. Una prueba de que el amor nos vuelve locos; mueve el mundo y en él no hay reglas ni protocolos". Subraya cómo, en aquellos días, "entre los años veinte y los cuarenta, sólo las mujeres del ámbito artístico se podían permitir el lujo de decir lo que pensaban. Para las demás era una fantasía, algo imposible".

Muestra su satisfacción porque la situación, casi cien años después, haya dado un giro tan enorme. "A la mujer de mi edad la veo bien. No creo que haya muchas que quieran volver a ser veinteañeras. Y, por otro lado, ver a Sharon Stone como está a los 60 anima mucho. Más despistados están los hombres de mi quinta con lo del paso del tiempo. Según mi experiencia, el hombre más mayor y con ciertos valores es más militante por la igualdad que el de 40. A mí mi marido me daba cien vueltas como feminista. Yo admiro a ese tipo de hombre maduro y sin complejos. Y me preocupan los brotes machistas entre los más jóvenes".

Sobre las diferencias entre géneros, piensa que "ninguna justificaría distinto trato ante la ley, aunque estén ahí por imperativo físico y psicológico". A su juicio, la mujer es más pasional y sentimental, "capaz de dar la vida por sus hijos o su pareja", y cree que "gracias a la ayuda de ellos la igualdad es prácticamente un hecho, aunque el proceso lo hayan capitaneado mujeres". Opina que el sexo femenino tiene una enorme facilidad para complicarse la vida. "Somos más prácticas a largo plazo, pero la inmediatez no suele ser lo nuestro".

Admira al hombre apañado "porque yo, como manitas, soy negada; entro en pánico si se pincha una rueda. Pero no me gusta su despiste generalizado; me asombra que sean capaces de no darse cuenta de si de pronto eres rubia platino o has puesto el árbol de Navidad. Si no va con ellos, no le dedican ni un segundo de atención".

Su próximo trabajo tendrá, por primera vez, un protagonista varón. "Será un hombre fuerte, un poco oscuro, sensible por dentro pero muy duro por fuera€ ¡Me acabo de dar cuenta de que parece que estoy hablando de un melón!".