"Hace años que queríamos dejar de trabajar como los romanos, ladrillo sobre ladrillo”, explica el arquitecto Xavier Claramunt, director de innovación de Smartliving, que defiende que “se puede construir casas con patrones de calidad similares a los de las líneas de montaje de automóviles”.

Menor tiempo de construcción y reducción de costes

Edificar con elementos prefabricados acorta los tiempos de construcción, permite controlar la calidad de los acabados con criterios estándar y reduce los costes, porque es más fácil evitar desvíos presupuestarios.

La industrialización se aplica desde hace unos años en los procesos constructivos, pero la propuesta de Smartliving va más allá: fabrica las casas por entero (incluidas instalaciones, cocina y baños) en un inmenso taller de Vic (Barcelona) a partir de los módulos forjados en hormigón en el Taller Smartliving Arumí y las transporta hasta su ubicación definitiva (aunque, de hecho, las casas una vez instaladas pueden ser desmontadas y trasladadas a otro lugar).

Todo ello, con tan sólo dos días de montaje, seis semanas de fabricación (que se aprovechan para instalar los forjados in situ) y con precio cerrado. Se eligen entre un catálogo de más de cien modelos con tres tipologías básicas: micro, con tejado de hormigón a dos aguas; classic, con módulos apilables, para solares pequeños, y maxi, la gran casa abierta.