Esta casa de 275 m2 con estructura de madera se acabó en cinco meses y medio y ha costado un 30% menos que casas de superficie y acabados similares, pese a que edificar en hormigón es más barato que hacerlo con madera. ¿El secreto? El modo en que ha sido construida y "dedicar mucho tiempo al trabajo de despacho y poco a la improvisación en la obra, que es cuatro veces más cara", explica su creador, el arquitecto Joan Enric Ejarque Velázquez (Jeev Arquitectura).

Aunque exteriormente no lo parezca, toda la vivienda está construida con madera maciza contralaminada, incluso la piscina, y se sustenta sobre pilares de este mismo material. Las piezas que la componen se diseñaron a medida en el despacho de arquitectura y se cortaron en Austria. Mientras tanto, se hacía la cimentación en la obra. La estructura se montó en cinco días.

Los clientes querían una casa colgada, que fuera blanca y con un taller para que la propietaria, una artesana que hace lámparas con materiales reciclados, pudiera trabajar. Que su marido sea alemán ayudó mucho, porque en Centroeuropa y los países nórdicos la construcción en madera es algo habitual. Para lograr el acabado blanco, la madera se pintó con una resina sintética impermeable y elástica que no necesita juntas, aunque también podría haber sido acabada con porcelánico o piedra, si se hubiera optado por una fachada ventilada.

La piscina, que se aguanta sólo sobre un cajón de madera, es uno de los elementos más llamativos. Está construida al modo de los baños públicos japoneses y, aunque Ejarque considera que no hubiera sido necesario recubrir su interior, como ocurre con los onsen, finalmente el vaso es de fibra, por prudencia, porque "es la primera piscina de madera suspendida que construimos".

El 93% de todos los materiales empleados son completamente sostenibles, indica el arquitecto, y añade que los objetivos de Minka Houses, la empresa que ha creado para construir en madera, son el diseño a medida, no modular, para que cada casa sea única; la eficiencia energética y la sostenibilidad ("ya no se debería construir de otro modo"); la rapidez en la construcción ("lo queremos todo rápido, y en un año de obras puedes perder hasta la ilusión por la casa") y los costes accesibles, "es decir, gastar el dinero donde toca y no en tonterías", concluye.