Las casas sin aire acondicionado pueden convertirse en un auténtico horno en verano. Si el calor se instala en nuestro hogar y no logramos espantarlo, la estancia en él puede convertirse en un suplicio. Bien por motivos económicos o de salud, mucha gente prescinde de estos aparatos de aire. Pero existen alternativas para mantener ventilada y fresca nuestra vivienda cuando el calor se hace insoportable.

Cerrar cortinas y persianas

Además de ventilar la casa a primera hora de la mañana o por la noche, cuando el aire es más fresco, debemos cerrar cortinas y persianas durante las horas en las que el sol incide con más fuerza sobre puertas y ventanas. Las cortinas es aconsejable que sean de color claro para que no se concentre en ellas la radiación solar. Un toldo, si tenemos balcón, también es una buena solución para mantener la casa en semipenumbra durante el día.

Asimismo, podemos cubrir sofás y sillones con tejidos claros de algodón. También es recomendable que la ropa de cama sea blanca y ligera.

Crear corrientes de aire naturales

Abrir todas las ventanas de la casa cuando las temperaturas son muy elevadas, en lugar de refrescar lo que conseguimos es que haya más calor dentro. Hay que abrir de forma estratégica las ventanas, según sean de entrada o salida de aire.

Aquellas ventanas por las que sale el aire deben abrirse completamente, procurando que sean siempre las que dan directamente a la calle.

Por el contrario, las ventanas por las que entra el aire se deben abrir solo un poco. En este caso deben ser las que dan a patios interiores, donde el aire es menor.

De de esta forma conseguimos que se generen corrientes de aire naturales en la vivienda, al entrar por una ventana y salir por otro.

Utilizar ventiladores

Una solución más barata que el aire acondicionado. Hay que tener varios colocados en sitios específicos para que refresquen la casa. Los ventiladores de techo deben girar en el sentido contrario de las agujas del reloj, es decir, hacia la izquierda, para que despejen el aire caliente hacia el techo. Los de pie deben expulsar el aire hacia fuera durante el día y al revés por la noche. Existen también ventiladores que expulsan agua pulverizada para enfriar el ambiente.

Poner láminas solares en los cristales

Suponen un ahorro de luz y mantienen estables las temperaturas en el hogar. Estas láminas se instalan en los cristales de las ventanas y reflejan la luz y el calor. Se estima que reducen hasta un 82% la entrada de calor en la vivienda.

Usar solo los electrodomésticos imprescindibles

Los aparatos eléctricos y electrónicos son una fuente de calor en sí mismo. Por eso en verano es recomendable tener encendidos solo aquellos que resulten imprescindibles. La nevera no podemos dejar de utilizarla, pero sí el horno o el microondas. No conviene tampoco cocinar o poner la lavadora o el lavavajillas en las horas de más calor porque se genera más humedad.

Plantas

Las trepadoras como las hiedras y enredaderas, colocadas en las paredes del balcón donde incide directamente el sol, evitan que entre el calor en la vivienda. En el interior, plantas con hojas verdes y de gran tamaño ayudan a refrescar el ambiente.