El proyecto de Niu Arquitectura, el estudio formado por los arquitectos Joan Cerdà Ripoll y Tete Crespí Bennàssar, se desarrolla en un solar rectangular con frente a dos calles, ofreciendo una amplia fachada principal a la avenida Baix des Cos, arteria de comunicación de la zona del ensanche de Manacor (Mallorca) que lleva el mismo nombre, y una fachada lateral de dimensiones menores a la calle de Bailén.

Adaptándose a esta configuración se desarrolló un proyecto resuelto con la construcción de dos volúmenes principales, coincidiendo con la posición de los frentes de fachada, que penetran hacia el interior del solar, conectándose entre ellos mediante una pasarela de comunicación cerrada y elevada. A nivel de usos, los dos volúmenes principales acogen todo el programa de la vivienda mientras que la pieza de comunicación, donde se aloja el acceso, la escalera y el ascensor, los cose en forma de T, generando en el centro un patio interior que se convierte en el punto hacia donde vuelcan todas las estancias y recorridos de circulación.

Es, por lo tanto, una vivienda que se abre hacia el interior y se cierra hacia el exterior.

Este principio se traslada también a la composición de las fachadas. La exterior, con elementos de cierre practicables integrados en el despiece de los paneles que la componen, permite ofrecerse completamente ciega, mientras que la interior, muy trasparente, se convierte en captador lumínico.

Unas lamas verticales de gran tamaño, pendientes de ejecución, rematarán la piel interior y conformaran el sistema de control solar.

A nivel de programa, la planta baja se destina a aparcamiento y sala de máquinas, consiguiendo así trasladar las plantas habitables un nivel por encima de la rasante de la calle, pudiendo así disponer de una mejor iluminación y asoleamiento en la zona del patio interior. La planta primera acoge la zona más pública de comedor, cocina y sala de estar que se expande hacia el patio con una amplia terraza rematada por dos porches laterales generados por los volúmenes descritos anteriormente.

La planta segunda queda destinada al ámbito más privado de las habitaciones, las de la familia en el volumen principal y la de invitados en la pieza de la Calle Bailén. El telón de fondo del patio lo genera un estudio que actúa de porche y queda rematado por el vaso de la piscina de la cubierta. La planta ático es el territorio de las terrazas, zona de estar más luminosa, la zona de juegos y la piscina.

Los materiales que conforman la vivienda también reflejan la dualidad interior-exterior. Así, van desde los asépticos paneles de composite blanco, acorde con la profesión farmacéutica de los propietarios, y las planchas de zinc natural de las fachadas principales, a la calidez de los materiales más naturales y texturizados utilizados en el interior, como el hormigón visto y barnizado de los elementos estructurales, la madera maciza de las carpinterías y el patio, el pavimento de granito negro de toda la pieza de acceso, los mármoles verdes veteados de los baños y los revocos naturales de las fachadas interiores.