Es cierto que los niños puede llegar a sacar de quicio a los padres, y que en ocasiones estos pueden excederse en los métodos coercitivos, pero en el caso de E. F. T., una mujer de 39 años que reside en Oviedo (Asturias), el fiscal considera que ha traspasado los límites para adentrarse en la senda del delito de maltrato físico. A esta mujer le pide una condena de dos años de prisión por tres agresiones a su hijo de diez años, en los que llegó a patearlo, agarrarlo por el cuello y hasta causarle sangre en la nariz y la boca de un golpe porque el niño se ponía rebelde, daba una mala contestación o se negaba a poner el pijama e ir para la cama. Los hechos fueron denunciados en su día por el padre del menor, esposo de la acusada, que ahora quiere exonerarla. Los tres siguen viviendo juntos a pesar de lo ocurrido. El juicio iba a celebrarse esta mañana en la Audiencia Provincial, pero se ha suspendido el juicio, que se celebrará en un plazo indeterminado en un juzgado de lo penal de Oviedo.

Los incidentes se vinieron produciendo desde las Navidades de 2015, cuando la acusada reaccionó de forma violenta en diversas ocasiones cuando consideraba que su hijo no hacía lo que ella quería o no se comportaba en la forma en la que a ella le parecía correcta, siempre según el ministerio público.

En las citadas Navidades de 2015, cuando el menor se encontraba en casa de su abuela, la acusada comenzó a propinarle patadas cuando el niño se cayó al suelo en la cocina. En otra ocasión, ya en el verano de 2016, como el menor no se quería poner el pijama para ir a la cama, la acusada reaccionó de forma violenta. El niño salió corriendo hacia la habitación, pero la madre lo siguió y, al alcanzarlo, lo cogió fuertemente por el cuello. Tuvo que intervenir el marido, alertado por los gritos del niño.

Asimismo, en fecha no determinada, pero comprendida en el curso escolar 2016-2017, cuando la acusada volvía al domicilio familiar con el niño de la casa de un amigo, le propinó en el ascensor un golpe en la cara que provocó que comenzara a sangrar por la nariz y la boca. El padre, ante estos hechos, presentó una denuncia, que ha derivado en el actual proceso.

Aparte de la pena de prisión, el fiscal pide que se prohiba a esta madre aproximarse a menos de 300 metros del niño, de su domicilio, centro de estudios o cualquier otro lugar que frecuente, así como comunicarse con él, por espacio de seis años.

La defensa, a cargo de Esperanza Viesca, solicita la libre absolución, al considerar que la denuncia presentada por el marido se debió a las tensiones que vivía en ese momento el matrimonio y que se han superado. Según la letrada, el denunciante no prestará declaración en el juicio contra la mujer, ya que quiere que la exoneren. La defensa de E. F. T. presentó un recurso ante la Audiencia Provincial, al considerar que no era el tribunal adecuado para juzgar estos hechos. La Audiencia acordó remitir el asunto a un juzgado de lo penal.