La Policía Nacional de Elche detuvo en la madrugada del sábado al domingo a una mujer de 41 años que dio una puñalada a su hijo, de 19, en el transcurso de una pelea, después de llegar a casa ebria. Según el atestado policial, la detenida llegó a su domicilio, donde se encontraban sus tres hijos, alrededor de las dos de la madrugada, en estado de embriaguez. Una conducta que le recriminaron, al parecer, los tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, y lo que desencadenó una discusión.

Durante el transcurso de la pelea, la mujer fue a la cocina y cogió un cuchillo, que terminó clavándoselo en la espalda a su hijo, de 19 años, perforándole el costado. Unas heridas que le obligaron a desplazarse hasta el hospital, donde tuvo que recibir varios puntos de sutura a causa de las heridas. Aun así, fue dado de alta tras la cura, pues la hoja no alcanzó zonas sensibles, aunque la profundidad del corte sí obligó a coser la herida para cortar la hemorragia y facilitar su cura.

En el domicilio donde se produjeron los hechos, en los alrededores de la Gasolinera Mora, se encontraban otros dos hijos, uno de ellos menor de edad. Tras la detención, los hermanos asumieron la custodia. El juzgado decidirá ahora si se le retira la custodia a la mujer, en favor de sus hermanos, tras estos hechos.

En este tipo de delitos suele aplicarse el agravante por parentesco. No obstante, cuando hay menores de por medio -aunque el joven tiene 16 años- suele llevar aparejada la retirada de la custodia.

La mujer empleó un cuchillo de cocina durante la pelea para agredir a su hijo. La detenida pasó ayer a disposición judicial y la Fiscalía formulará el escrito de acusación tras conocer un informe forense para ver el estado mental de la agresora.

La suerte quiso que, en esta ocasión, se quedara en una herida en un costado, en la espalda, y no alcanzara órganos vitales, pero si la puñalada se hubiese dirigido a cualquier otro lugar del cuerpo, las consecuencias podrían haber sido más graves.

La Policía Nacional tomó declaración al agredido tras ser dado de alta, y su testimonio, al igual que el de sus otros dos hermanos, será clave para determinar la pena a la que se enfrentará la madre.

La disputa por la ingesta de alcohol fue el detonante, pero el hecho de que agrediera a su propio hijo, sin que este hubiese mostrado una conducta violenta, podría hacer que esta circunstancia no sirviera como atenuante en este caso.

La discusión se produjo después de que la mujer llegara con signos de embriaguez tras una salida nocturna en la noche del sábado. Una actitud que fue recriminada por los jóvenes y que fue el detonante de la discusión que acabó como acabó.