"Me puse de pie delante de su coche y le dije que no se moviese porque estaba llamando a la Policía; pero ella arrancó y dio marcha atrás, arrancó y dio marcha atrás, arrancó.. . y ya no frenó; me llevó por delante, yo me agarré al capó y circuló conmigo así hasta que pegó un frenazo y salí volando". Éste fue parte del testimonio que prestó ayer ante el juez un joven que fue arrollado en Vigo por una conductora que minutos antes supuestamente le había rayado el vehículo en represalia porque había ocupado la plaza de aparcamiento que ella pretendía.

Y es que el conflicto por ese estacionamiento acabó con una insólita escena: la del chico sobre la carrocería del turismo de la mujer, sin soltar el teléfono en ningún momento en su intento de contactar con la Policía. Fue un peligroso recorrido que se prolongó más de 100 metros Gran Vía abajo tras haberse iniciado en la plaza de España, donde las cámaras de la gasolinera allí ubicada captaron parte de la maniobra.

El juicio fue en el Juzgado de Instrucción 2 de Vigo. El fiscal atribuye a la mujer dos delitos leves. Uno de daños por los rayazos en el vehículo del chico y otro por las lesiones que le causó a raíz del arrollamiento y al circular con él sobre el coche, que pese a todo no fueron graves. Por ello pide multas que suman 750 euros, además de la preceptiva indemnización. La letrada del chico se adhirió a la solicitud.

Ocurrió en torno a las siete de la tarde del pasado 12 de abril. El hombre aparcó en una plaza que una conductora acababa de dejar libre en la calle Zamora. Pero a continuación llegó otra mujer en un coche. "El sitio es mío", declaró el joven que le dijo. Él siguió su camino, pero a lo lejos, añadió, vio como ella le rayaba su turismo "con un objeto". Ante esa situación, no dudó en ir a por su vehículo para seguirla. Lo hizo hasta el semáforo de la calle Manuel Olivié con plaza de España. "Salí de mi coche y me puse delante del suyo; le dije que no se moviera de ahí porque estaba llamando a la Policía", manifestó.

Pero la mujer arrancó y él no tuvo más remedio, señaló, que agarrarse al capó. "Se metió por la gasolinera de la plaza de España y bajó unos 100 metros por Gran Vía hasta que frenó", contó. Él cayó sobre el asfalto todavía con el teléfono en la mano, con el que finalmente logró contactar con los agentes, que se personaron en el lugar.

Un mecánico que probaba un vehículo fue testigo del arrollamiento e incluso llegó a cruzar el coche con el de la ahora denunciada para intentar que se detuviese. "La señora no paró y siguió hacia Gran Vía", afirmó en el juicio, agregando que a su alrededor todo el mundo "gritaba", pero "nadie hacía nada".

La mujer negó que hubiese rayado el coche del chico y alegó que fue él quien "se subió" a su vehículo y "se agarró" al capó. Ella también reclama ya que, alega, le dañó su capó: "Debió rayarlo con el cinturón".