­Un albañil de 42 años, vecino de Muro, murió a primera hora de la tarde de ayer al ser atacado por un búfalo mientras trabajaba en la reparación de una valla en el Safari Aitana, en el término municipal de Penàguila. El infortunado profesional, según han explicado fuentes cercanas al caso, se encontraba trabajando en una zona restringida al público, por lo que ninguno de los visitantes que había en el recinto se percató de lo sucedido. El parque fue cerrado de forma inmediata.

El suceso se produjo en torno a la una de la tarde, cuando un búfalo del parque atacó al trabajador, golpeándolo de forma brutal, levantándolo y arrastrándolo varios metros, lo que le ocasionó la muerte inmediata, indicaron las citadas fuentes. Un aviso al CICU movilizó de inmediato al SAMU y se activaron los servicios médicos de la zona, pero lo único que se pudo hacer fue constatar el fallecimiento del hombre.

De inmediato, se desplazaron a la zona efectivos de la Guardia Civil, que pusieron en marcha las investigaciones, así como del Juzgado de Instrucción número 1 de Alcoy, en funciones de guardia. Más tarde, llegó la forense desde Alicante y se culminaron los trabajos de inspección ocular y levantamiento del cadáver. Acto seguido, un vehículo funerario trasladó el cuerpo a Alicante, a la espera de la autopsia que previsiblemente se practicará hoy.

Entre tanto, la Guardia Civil inició las pesquisas, en un intento de esclarecer lo sucedido. De entrada, el ataque ha propiciado honda sorpresa, ya que estos animales son considerados mansos y en modo alguno violentos, como puede serlo un toro; de hecho, es normal alimentarlos con la mano a través de la valla sin amago alguno de ataque, indicaron las fuentes consultadas.

Por ello, salvo nuevos argumentos, el incidente es considerado como un desgraciado accidente, sin relación alguna con la seguridad del parque, por lo que en principio no hay impedimento para que pueda continuar con su actividad.

Nada más producirse el suceso, el parque fue cerrado y los trabajadores asistían consternados a la situación que se estaba viviendo, en tanto, disuadían a los nuevos clientes de la posibilidad de acceder al recinto. En muchos casos era complicado, porque se trataba de personas extranjeras.

El infortunado trabajador, según pudo saber anoche este diario era vecino de Muro, aunque residía en Alicante. Formaba parte de una familia muy conocida en la población.