Los investigadores trabajan con la hipótesis de que Resistencia Galega (RG) está detrás de la explosión registrada esta madrugada en el edificio del Ayuntamiento lucense de Baralla y que afectó a algunas viviendas adyacentes, según el Delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez.

Un artefacto, en el que se ha empleado una olla a presión, colocado ante la entrada principal de la Casa Consistorial provocó graves daños al edificio, han señalado a EFE fuentes de la investigación.

Estas fuentes han apuntado que el movimiento independentista Resistencia Galega, que atenta contra sedes de partidos políticos, bancos e infraestructuras del AVE, puede ser el responsable.

El delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, que se ha desplazado a la zona, ha señalado, por su parte, que todos los indicios apuntan a un nuevo ataque de RG, que ha empleado una olla a presión, como es habitual en este grupo.

Expertos de la Comandancia de la Guardia Civil de Lugo y especialistas en Desactivación de Explosivos de A Coruña trabajan para determinar el origen y la composición del explosivo empleado.

Juárez ha avanzado en declaraciones a los informadores que de momento se sabe que "por la magnitud" de los daños, podría tratarse de entre 3 y 5 kilos de explosivo, presumiblemente pólvora.

Ha añadido que pese a que Resistencia Galega no se ha atribuido esta acción, "este modus operandi" es prácticamente idéntico al de hace casi un año cuando en el Ayuntamiento de Beade (Ourense), gobernado por un alcalde del PP que se declaró franquista, el edificio consistorial quedó destrozado por la explosión de un artefacto atribuido a Resistencia Galega.

El municipio de Baralla está gobernado por Manuel González Capón (PP), un político que fue muy criticado cuando en un debate plenario en el que se condenaron las acciones del movimiento Resistencia Galega justificó la violencia ejercida durante el franquismo por el régimen de la dictadura.

La explosión, registrada de madrugada, provocó un "gran estropicio" en el edificio consistorial y que se escuchó en pueblos situados "a cuatro o cinco kilómetros" de la capital municipal, en palabras del alcalde.