La Guardia Civil y la Policía Nacional francesa han detenido, tras tres años de investigación conjunta, a dos históricos jefes de la mafia marsellesa y corsa, que dirigían bandas rivales que se acabaron aliando para intentar trasladar, sin éxito, al menos 420 kilos de cocaína al año desde Latinoamérica.

En rueda de prensa en Barcelona, el comandante de la Guardia Civil Daniel Baena, jefe de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil en Cataluña, ha explicado que en la operación, denominada "Mar", se han detenido a unas 30 personas, entre ellas los dos jefes de la mafia marsellesa y corsa, y se han intervenido 92 kilos de diferentes sustancias estupefacientes.

El supuesto responsable del cártel de la mafia marsellesa detenido es Raymond Mihière, de 61 años de edad, origen marsellés y apodado "El Chino", uno de los criminales más buscados por las autoridades policiales francesas, que dirigía sus actividades delictivas desde la masía en la que vivía y el bar que regentaba, ambos en Castelló d'Empúries (Girona).

Según los investigadores, Mihière se asoció a finales de 2011 con Laurent Fiocconi "El Mago", de 71 años, el supuesto líder de un importante cártel de la mafia corsa, con quien había mantenido enfrentamientos previos, con el objetivo de sumar los esfuerzos y la logística de ambas organizaciones para establecer una vía de entrada utilizando como tapadera a empresas legales para trasladar partidas de cocaína de al menos 420 kilos por año desde Suramérica a Europa.

Sin embargo, la colaboración entre la Guardia Civil y la Policía francesa, dirigidas por el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional y por el Tribunal de Gran Instancia de Marsella, permitió abortar sus planes y detener a los principales responsables de la red antes de que pudieran poner en marcha los preparativos para trasladar la droga.

Según han informado fuentes de la investigación, Mihière se había establecido desde hace años en la bucólica población ampurdanesa de Castelló d'Empúries, donde vivía en una masía con su esposa -también detenida, acusada de actuar como lugarteniente- y regentaba el restaurante "Les Voltes", para dar una apariencia de vida normal.

Pese a que sus organizaciones habían estado enfrentadas en el pasado, Mihière y Fiocconi -que en su día estuvo implicado en la denominada French Connection y llegó a estar vinculado al cártel de Pablo Escobar- aunaron esfuerzos para crear una vía de entrada de droga desde Suramérica.

Uno de los momentos clave de la investigación, que se inició a mediados de 2009, fue cuando en febrero de 2010 un grupo mafioso rival torturó y asesinó en Marsella a E.I.H., la persona de máxima confianza de "el Chino", lo que permitió a los agentes descubrir el entramado que había organizado Mihière.

Tras sellar el pacto con Fiocconi, los dos históricos jefes de la mafia intentaron traer cocaína en menor escala desde América Latina para financiar su proyecto, aunque en ocasiones estas operaciones se saldaron con sonoros fracasos, como cuando se detuvo al "mulero" y a cinco colaboradores que iban a buscar 26 kilos de cocaína al aeropuerto de París, procedentes de Perú.

Debido a la incautación de la droga, el hombre de confianza que "el Chino" y "el Mago" habían enviado a Perú fue tomado como rehén por los narcos que les habían proporcionado la cocaína -para exigir un rescate por valor de la sustancia aprehendida- y tuvo que ser liberado por la policía peruana, que detuvo a los cinco secuestradores, todos colombianos.

El comandante Baena ha explicado que las 30 detenciones -cuatro en España, de ellas una en Girona, una en Barcelona y dos en Murcia; seis en Perú y el resto en Francia-, se han llevado a cabo con discreción para garantizar el éxito de la operación.

"El Chino" fue apresado por la policía francesa aprovechando un viaje relámpago que hizo a Francia, mientras que "El Mago" fue arrestado por la Guardia Civil en La Jonquera y permanece encarcelado en España a la espera de su extradición.