El diestro Cayetano Rivera Ordóñez ha recibido el alta médica este domingo, después de pasar varios días ingresado en el Hospital Quirón de la capital aragonesa tras la cornada sufrida en el mulso este miércoles, en la plaza de Toros de la ciudad. A su salida del centro hospitalario, ha asegurado que confía en volver a torear en Zaragoza.

Cayetano Rivera ha agradecido a los medios de comunicación que hayan estado pendientes de su evolución y ha apuntado que han sido días "duros y difíciles", pero en los que ha estado "en las mejores manos".

Ha remarcado que lo peor han sido las primeras horas, pero que la herida ha evolucionado bien, por lo que "por fin" se puede ir a casa. En este punto, ha evidenciado que ha dado por finalizada la temporada, ya que hoy era su último día en Jaén.

El diestro ha salido del hospital apoyándose en unas muletas. "Estoy mejor", ha asegurado a la prensa que le esperaba. Cayetano al tiempo que quiso dar las gracias tanto al equipo médico que le ha tratado como a todos los que en estos días se han interesado por su estado y a todos quienes les han mandado mensajes de apoyo y cariño.

"E incluso -añadió en referencia a lo expresado por antitaurinos en redes sociales- agradezco a los que se han alegrado por mi dolor o me han deseado la muerte, porque me hacen sentirme más fuerte".

Según el doctor Val-Carreres, ha sido una herida de gran extensión que ha afectado a la musculatura fundamental del muslo izquierdo. En principio podría estar en condiciones de volver torear a mediados de diciembre.

Cayetano Rivera ha aclarado que, por el momento, no se ha planteado dejar los toros y ha agregado que seguirá volviendo a Aragón, una zona que tiene "una grandísima afición y ferias importantes". Ha incidido en que es "feliz" cada vez que está en la región y que confía en volver a Zaragoza.

Sobre que después de recibir la cornada continuase toreando, ha explicado que en esos momentos uno no sabe la gravedad de las lesiones, pero "torear no es sólo la expresión artística, también requiere valor y fortaleza". Ha matizado que al ver que tenía la posibilidad de intentar seguir hizo lo que pudo.

También se quiso acodar el diestro de los compañeros que, como él, convalecen estos días de sus percances y de todos cuantos han resultado heridos esta temporada tan dura, en la que además hay que lamentar la muerte de Iván Fandiño.

"Quizá mi caso haya llamado más la atención, pero quiero que la gente sepa que hay otros muchos toreros que han caído heridos y que también merecen respeto y consideración. Torear -enfatizó- requiere de valor y de fortaleza para afrontar el dolor y la adversidad, unos valores que los toreros ponemos al alza".

El diestro ha contado que antes de ser intervenido pudo llamar a su esposa Eva González, que está embarazada, para tranquilizarla. Estos días los ha pasado con él en la Quirón.